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CON EL FIN DE IR AGRUPANDO LAS TEMÁTICAS GENERALES Y PARTICULARES QUE SE VAYAN INCORPORANDO.
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martes, agosto 31, 2010

ELEMENTOS PARA SUPERAR EL FALSO DILEMA ENTRE KEYNESIANISMO Y NEOLIBERALISMO.

A continuación un intento por conceptualizar una política económica alternativa al keynesismo y al neoliberalismo.


Keynesianismo y liberalismo, un falso dilema






Juan Colomar /
La 3ª República / http://www.pnr.org.es/
 Sábado, 28 de Agosto de 2010






El punto 11 del Manifiesto-Programa del Partido Nacional Republicano (España), aprobado en su VI Conferencia (mayo de 2009), define sintéticamente al capitalismo como «sistema asentado en la propiedad privada de los grandes medios de producción y cambio, que da lugar a una producción de mercancías mediante mercancías –ante todo el trabajo, la técnica y el dinero–. Su único objeto es maximizar un excedente que adopta la forma específica de beneficio privado».






Keynesianismo y liberalismo son simplemente dos armas del arsenal del capitalismo, correspondientes a dos momentos diferenciados de su recorrido, que discurre a través de ciclos de auge, crisis, destrucción y reconstrucción.






La crisis en que desemboca todo periodo de auge del capitalismo es la crisis de sobreproducción, tal como se vivió de forma catastrófica en las primeras décadas del pasado siglo. En 1936 se publicaba la Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero, con la que Keynes desafiaba el paradigma liberal del mercado como armonizador automático del proceso económico. Keynes localizaba el origen de la crisis en la incapacidad de la demanda social, en un momento dado, para absorber una oferta desbocada por el ansia descoordinada de beneficios. Tal incapacidad se derivaba, en principal medida, de la desigual distribución de las rentas, determinada por la estructura social.






Lord Keynes no fue jamás un “rojo”. Era un escéptico que, salvo en Inglaterra, no creía en nada y menos que en nada, en los milagros del mercado. Pero tampoco pretendía “superarlo” con una revolución social. La economía capitalista siempre acabaría desplomándose en la crisis y lo único que preocupaba a Keynes es que el capitalismo británico saliese cuanto antes de la misma y retrasase nuevas recaídas. Sus soluciones consistieron, básicamente, en inducir desde el gasto estatal una «demanda agregada» que reanimase el empleo y la producción y, con el tiempo, unas capacidades recaudatorias suficientes para enjugar el gasto público inicial. Entretanto, los trabajadores serían esquilmados mediante la inflación.






Importa precisar que Keynes elaboró su teoría para el momento en que la fase destructiva del ciclo parecía haberse consumado, tras la primera guerra mundial y, sin embargo, se producían titubeos en el inicio de la reconstrucción. Los intentos keynesianos de Roosevelt y de Hitler, basados en la expansión de la obra pública y las autopistas, fracasaron. La destrucción estaba todavía pendiente: tuvo que encargarse de ella la segunda guerra mundial.






Consumada la destrucción, sobrevino una edad dorada del capitalismo europeo, una apoteosis del keynesianismo que se prolongó hasta mediados los años 70. Un aspecto que Keynes no pudo prever es que su doctrina fuera asumida por la socialdemocracia como alternativa de recambio del marxismo, antes de sumergirse en la ciénaga liberal-progresista en el que chapotea actualmente. Hoy los últimos keynesianos que quedan en nuestro país están en IU y en algunos sectores de la nomenclatura de CCOO y UGT.






El hundimiento del keynesianismo se deriva del hecho de que, a la larga, el gasto estatal, cebado con deuda pública e impuestos, desvía masas crecientes de recursos de su asignación a la producción de beneficio privado, que es el alfa y omega del sistema.






Desde finales de los 70, en Occidente se ponen febrilmente en funcionamiento diversos expedientes para retardar al máximo el estallido de la crisis de sobreproducción: propulsión de la oleada de las nuevas tecnologías, reducción de costes de los trabajadores nativos mediante el aliento de gigantescas oleadas migratorias, deslocalizaciones de plantas industriales, etc. Pero, sin duda, el expediente principal ha sido la expansión de astronómicos procesos de crédito al consumo, que terminarán catapultando la crisis al propio corazón financiero del sistema en 2008. En medio de esa vorágine comenzarán a cobrar influencia las teorías neoliberales.






Inicialmente, el liberalismo tomó cuerpo con el ascenso de la pequeña industria manchesteriana en su combate contra los restos de la burocracia absolutista. Ha preservado esta marca de origen: odio a los funcionarios, odio a la intervención del Estado, odio a lo público. Pero el mundo capitalista que ha terminado erigiéndose no es un mundo de pequeños propietarios y su «libre competencia». Es un mundo regido por el capital financiero, un mundo de mercados cartelizados y oligopolistas.






Las modernas escuelas liberales carecen de teoría seria para explicar cómo ese mundo llega a la fase de la crisis. La suplen con patéticos llamamientos a «volver a la senda abandonada» de un capitalismo desligado del Estado, que jamás ha existido, y con denuncias del maléfico “intervencionismo” que ha mancillado al virginal mercado original. La restauración de ese marco permitiría a la “creatividad innata del Hombre”, identificada con la creatividad innata de los empresarios capitalistas, coordinar sus “libres iniciativas” sin que nadie se ponga al mando.






Las capacidades predictivas de esa corriente son nulas. Pueden hallarse textos de los liberales de la escuela austriaca atrincherados en Libertad Digital, que hace dos años profetizaban un periodo mundial de estanflación. Pero esta teoría mitológica cumple una importante función: dotar de munición ideológica al Capital para proceder a la fase destructiva del ciclo mediante un ataque al empleo, a los salarios, a las pensiones, a los derechos laborales, a lo público.






Con Zapatero los neoliberales se han montado un espantajo a su medida, atribuyéndole una caracterización de semi-bolchevique y, por supuesto, keynesiano.






Han sido estos sectores quienes desde hace años vienen demonizando a los funcionarios en particular y todo lo público en general. Son los que han proyectado la imagen de los trabajadores como responsables de la crisis, pues «han querido vivir por encima de sus posibilidades». Han sido estos heraldos de la guerra social contra los trabajadores declarada por la UE , nuestra banca y el régimen que la respalda, los primeros en proponer la rebaja del sueldo a los funcionarios, como prólogo de la que se impondrá a los trabajadores del sector privado, una reforma laboral para abaratar el despido, una reforma del sistema de pensiones para trabajar más años cobrando menos, preparando el desmantelamiento de ese sistema y la privatización de lo poco que queda del sector público.






Creían, ingenuamente, que Zapatero se iba a quedar atado para siempre a sus pactos con los grandes sindicatos y otras clientelas. Pero la UE y el FMI le han forzado a un viraje de 180 grados con el que, de momento, se ha quedado con las tres cuartas partes del mensaje económico del PP y ha dejado a los ultraliberales frenéticos prácticamente sin argumentario. Últimamente sólo pueden criticar las medidas de Zapatero por insuficientes.






Compadrean con el ideario de la paleo-España: monarquía y entronización de la moral católica como moral del Estado. Pero sus valores supremos son una abultada y enfermiza adoración al Individuo –es decir, el empresario– y a sus “derechos naturales” –ante todo la propiedad–, el economicismo más mezquino y una racionalidad reducida al espíritu de cálculo cortoplacista.






El PNR se niega a elegir entre liberalismo y “Estado social” keynesiano. Como afirma el citado punto de su Manifiesto-Programa, «aboga por un socialismo maduro, asentado en cuatro grandes pilares: la propiedad pública de los grandes instrumentos de producción y cambio; una planificación que permita dirigir la economía, no sufrirla; la tendencia a configurar el excedente creado por el trabajo nacional como fondo comunitario, destinado según convenga a los intereses generales; y la democracia aplicada a todos los niveles de gestión del sector socializado y de la planificación. Todo ello en aras de nuestra soberanía e independencia nacional, para liberar a nuestra Patria del yugo del gran capital y dotar de sustancia efectiva a la igualdad de oportunidades de los ciudadanos, para cerrar el camino al eterno retorno de crisis como la que ahora padecemos y para elevar el Trabajo al predominio que le corresponde».





Partido Nacional Republicano

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CRECE INDIGNACION CIUDADANA POR LA CENSURA SIONISTA EN CONTRA DEL PENSAMIENTO Y SU EXPRESIÓN ARTÍSTICA Y PERIODÍSTICA EN CHILE.

Publicado en http://luisramirez.cl/blog/?p=3247




1.  victor espinoza on 27 August, 2010 at 8:35 pm


No hay que ser doctor de teología para darse cuenta de que el artículo de Antonio Gil, por el cual fue despedido del diario La Nación Domingo junto al dibujante del mismo artículo Pepe Gai y, entiendo, la editora de este semanario, Ana Verónica Peña, no tiene absolutamente ni una sola connotación antisemita.






Gil, con sintaxis y lenguaje poético y con más ejemplo, dice que el burócrata militar que no quiso invertir en equipos militares adecuados para los reclutas que murieron congelados en Antuco, con el objeto de optimizar el gasto militar del estado, al igual que el administrador de la mina San Esteban que ahorró dinero en las instalaciones que se construyeron al interior de la mina para proteger a los mineros en caso de accidentes, con el mismo objeto de optimizar la ganancia de la empresa, se comportan del mismo modo que Mammon, el dios-demonio que representa la idolatría a la riqueza, al dinero y la avaricia.






Este dios-demonio que aparece en el texto –entre otros- bíblico, fue creado o recreado por la cultura y sabiduría bíblica judaica. Ninguna interpretación podría sostener que representa al pueblo judío. Representa a los que aman la riqueza como a un dios, los que la idolatran y la ponen a la altura de los dioses, sean del pueblo que sean.






El poeta recupera la imagen de Mammon para hacernos una representación demoníaca de nuestra propia cultura. Nos pone a Mammon como espejo para que nos podamos mirar hoy los chilenos. En este sentido, lo que hace es conocer y reconocer la cultura del pueblo judío como perennemente valedera; valiéndose de imágenes olvidadas de esta cultura fundante de lo occidental, la usa actualizándola, para mostrarnos aquello que somos. Cuestión de la cual muchos sectores nacionales se niegan hablar y el pragmatismo de la modernidad económica lo considera inútil e improductivo.






Pero también tanto o más grave puede ser el hecho que algunas autoridades nacionales, de derecha, izquierda o centro, pero en este caso la nueva dirección del Diario La Nación y el Presidente de la Comunidad Judía, Gabriel Zaliasnik no sepan leer. Ambos acusaron a Antonio Gil de antisemita en este texto. Insisto, cuando, al menos en este texto, no lo es (tampoco lo ha sido en la literatura que conozco de él).






Me pregunto, si lo que sucedió será porque un 80% de los chilenos somos incapaces de entender lo que leemos? (muy grave que así sea en los directivos del diario comentado, etc). O será que algunos creyeron encontrar al fin un legítimo motivo para censurar y expulsar de la empresa a un disidente que escribió columnas abiertamente antipiñeristas durante la campaña presidencial?






Escribo en razón del dolor que me provoca la historia de odio con que se ha tratado al pueblo judío, especialmente durante el nazismo; también por la admiración que le tengo a la sabiduría de este pueblo y la suprema inteligencia de tantos judíos. Y, por la indignación que siento frente a la intolerancia.


Con cariño para A. Gil, la periodista Ana Verónica Peña y el dibujante Pepe Gai.


Víctor Espinoza

2. Carlos Thomas on 29 August, 2010 at 8:45 pm



La Nación publica hoy las cartas. Esto es un evidente show que bien puede responder a la política que se ha implementado en nuestro país de control de pensamiento y opiniones, preludio de una Ley Mordaza.






Es extraordinaria la audacia de Zaliasnik (el solicitante) al plantear la eliminación de la crítica a un autodenominado “pueblo elegido” bajo todas las formas posible, y es explícito en ello: “…religiosa…racial… ideológica…” (se vá al chancho de inmediato este sujeto y busca todas las alternativas), a la vez que pretende manipular la opinión del resto de nuestros connacionales.






Por su parte, Daniel Platosvky señala “…que la publicación de dicha columna constituyó un grave error… que hirieron la dignidad de una religión y de un pueblo…” ¿Escribe eso en base a su pertenencia a esa religión en particular? Y sin solicitar explicación al autor solicita acción drásticas en contra del autor, del dibujante y de la editora…






Finalmente el director del medio en cuestión acata lo que la sinagoga ha ordenado y sin derecho a explicaciones deja cesante a tres profesionales.






¡Qué maravilloso ejemplo de censura a la opinión de terceros y de cobardía moral la que hemos presenciado!


3.  Vane on 29 August, 2010 at 9:00 pm



Me parece ya chistoso pasado a bizarro que cuando se mencione a los judíos en lo que sea, se derive hacia un acto antisemita llena de “nazismo”. cualquier cosa referida a ellos es el peor acto delictivo, se puede juzgar, cuestionar hasta Dios para los cristianos, pero al judaísmo, nada.


Yo entendí perfectamente lo que el columnista Gil intentaba connotar al hablar de Mammon. Y aún no logro ver ese acto tan discriminatorio por el que fue penalizado. Yo me pregunto ¿Cuál es el problema de ello? o en el caso de que fuera cierto y de que hablará específicamente de Mammon como arquetipo de los judíos, ¿cuál sigue siendo el problema???, Ah se me olvidaba es que hablan de los judíos.


Yo creo que ya el poder adquisitivo y emocional que tienen cultivados en el mundo, los judíos, desborda en la manipulación, como es el caso de lo que le a sucedido al columnista Gil. La verdad todo esto me sigue pareciendo absurdo y llena de un sentimiento persecutorio.


Solo por ahora no tomaré la connotación de Mammon, sino la tomaré en el plano del significante y las referiré a los judíos, Sí son muy mamones. ( no queriendo decir mammones).






PD: recomiendo el documental Defamation, he ahí muchas respuestas o aperturas de puntos de vistas.

domingo, agosto 29, 2010

ANTONIO GIL: EL DEMONIO DE LA MENTIRA SE EXPRESA A TRAVÉS DEL SIONISMO DEL CREJ, EL COMITÉ REPRESENTATIVO DE LAS ENTIDADES JUDÍAS DE CHILE.

Transcripción de PANORAMA NEWS http://www.pnews.cl/

Exclusivo: El Demonio de la Mentira Acusa a Gil de Antisemita.


agosto 28, 2010


En esta columna Antonio Gil responde a sus detractores que lo califican de antisemita y deja en claro que sus publicaciones no buscan discriminar a nadie y menos al Judaísmo. El ex columnista de La Nación Domingo acusa mala fe y falta de tolerancia.










Los demonios son siempre poderosos. No en vano El Cristo, nuestro Salvador, da al jefe de los demonios, Satanás, el título de <>. Ocurre que hace una semana, o algo así, una columna mía, acerca de demonios, y publicada en La Nación Domingo, harto escueta, mal pagada por cierto y leída con evidente mala fe, me costó la salida de la plantilla de colaboradores de ese periódico. Cosa que importa poco, porque ese medio está agonizando merced la eutanasia aplicada por sus actuales administradores para desguazarlo como un viejo buque aportillado. La verdadera gravedad de esta situación reside en que, en un evidente afán por estigmatizarme, por hundirme en el estercolero, de un modo malévolo se me acusa de “antisemita”. No soy un santo, y cargo pecados y defectos que no cabrían en estas líneas, pero asumo que no puede existir una acusación más falsa, grave y denigrante para alguien como yo que aquella de ser tildado de antisemita, la misma que cierta camarilla (plenamente identificada en sus propósitos y tramados) me ha dejado caer. Primero porque no lo soy, ni lo he sido, ni lo seré jamás, ya que conozco la bondad y la dulzura de personas de ese viejo tronco antediluviano, muy de cerca.. Y respeto a la religión judía por las muchas luces que la tradición de Abraham ha dado a Occidente. Y en segundo lugar, porque dicho estigma dibuja lo que a mi entender viene siendo el peor estilo cerril, bárbaro, estúpido y propio de un patán , cosas que por fortuna y gracias a mi categoría y mi rango no soy. La mala fe, criminal, de estos pseudos representantes del “Pueblo Elegido” me han causado un daño incalculable. Pero no soy un pusilánime que se quiebra fácil y tampoco me puedo quejar, ya que olvidé a Agustín cuando dice “”La muerte de Cristo y Su resurrección han encadenado al demonio. Todo aquél que es mordido por un perro encadenado, no puede culpar a nadie más sino a sí mismo por haberse acercado a él.” Pues yo, alegremente, y confiando en la inteligencia y bondad humanas, parece que me aproximé demasiado al canil de ciertas damas que gobiernan desde las sombras, plenas de arrogancia y dueñas de no sé qué verdades absolutas e irrebatibles, usando como Golem a sus maridos, instalados en cargos públicos claves en la conducción de Chile. De modo que entré en un sucio pantano sin mapa. Y me salió el Trauco, que no es ni sionista, ni hebreo, ni judío ni nada : es simplemente una bestia golosa de honores y dinero, como hay cientos. Esta camarilla, despiadada y cobarde , la que es repudiada con asco por todos los judíos sanos y humanos que conozco, los que gracias a Dios sobran, han buscado salpicarme con sus babas corrosivas. Los hijos de mala madre pueden ser españoles, italianos, búlgaros o marcianos. Lo sé. Pero nada cambia su condición esencial. Reitero: no soy ni he sido antisemita, ni judeofóbico, ni albergo odio contra ninguna persona de corazón recto en el planeta. Pero en esta pasada he descubierto el “Club de la Arrogancia” o algo como “El Gran Tribunal Irrebatible” , mismo que debe ser rápidamente alejado de todo cargo importante, por el bien de judíos y gentiles. No reconozco en esa gentuza autoridad de ningún orden, y sólo respondo a las legítimas autoridades chilenas fundamentadas en la Constitución de nuestra República y nuestro Cuerpo Legal. No acepto poderes paralelos de naturaleza alguna, ni me arrodillo ante nadie que no sea el Señor Jesús, hijo de la Tribu de David y Padre Nuestro.

GRUPO LOBBISTA SIONISTA FEMENINO DEL PARTIDO RN ES EL RESPONSABLE DIRECTO DE LA DEFENESTRACION PRODUCIDA EN LA NACION DE CHILE.

LA ESPOSA DEL HOMBRE FUERTE DEL GOBIERNO DE PIÑERA (EL OPERADOR SIONISTA RODRIGO HINZPETER), JOYCE VENTURA, JUNTO A UN GRUPO DE MUJERES SIONISTAS QUE SE HAN ENQUISTADO EN LA CÚPULA DEL PARTIDO RENOVACIÓN NACIONAL, FORMADO POR XIMENA HINZPETER KIRBERG, ANDREA SALAMOVICH Y ANDREA JEFTANOVICH, HAN SIDO DETECTADAS COMO LA POLICÍA DEL PENSAMIENTO QUE DENUNCIÓ A ANTONIO GIL, ANA VERÓNICA PEÑA Y PEPE GAI ANTE LA NUEVA INQUISICIÓN DEL CREJ, COMITÉ REPRESENTATIVO DE LAS ENTIDADES JUDÍAS DE CHILE.-

Transcribimos la información periodística aparecida en http://www.pnews.cl/

LA VENGANZA DE LA ESPOSA DE HINZPETER CONTRA COLUMNISTA DE LA NACIÓN DOMINGO


agosto 28, 2010 Gabinete Salvaje, Golpes al mentón









Joyce Ventura es la esposa del Ministro del Interior Rodrigo Hinzpeter. Se desempeña como periodista de una revista de un grupo de derecha de la comunidad Judía en Chile. “La Palabra Israelita” es un ejemplar que se distribuye al interior de las sinagogas. La esposa del Ministro tuvo un fuerte intercambio de palabras con el columnista de la Nación Domingo Antonio Gil por la publicación de una columna que hacía referencia a seres mitológicos de todas las culturas.



Algunas intelectuales ligadas a Renovación Nacional y que son Judías, reclamaron por el supuesto tono anti semita del texto. No obstante fuentes ligadas a la comunidad Judia rechazaron la persecusión de los periodistas, dibujantes y editores de La Nación y afrimaron no respladar la decisión del mediode gobierno de despedir a los profesionales. El autor mantiene excelentes relaciones con la expresión progresista de la comunidad israelita. Su texto no critica de ninguna forma al pueblo elegido. Sin embargo Ventura, la esposa de Hinzpeter, utilizó la oportunidad para despedir al columnista, quién ya había sido presionado al comienzo del Gobierno de su Excelencia el Presidente de la República Sebastián Piñera para dejar de escribir en el Periódico.



Pero no sólo cayó en desgracia Antonio Gil, junto a él fueron despedidos el dibujante Pepe Gai y la Editora de La Nación Domingo, Ana Verónica Peña. Pepe Gai solicitó una explicación a la Dirección, ya que su trabajo consiste realizar ilustraciones acordes con los textos que se les entregan. No obstante los testaferros del gobierno de turno, sólo encogieron los hombros y dieron la típica explicación para este tipo de casos: “La orden vino de arriba, no pudimos defenderte”



El poderoso grupo RN Judio.



Andrea Salamovich, Andrea Jeftanovic, Ximena Hinzpeter Kirberg y Joyce Ventura pertenecen a un selecto grupo de mujeres relacionadas al Partido del Presidente. Las feminas son de armas tomar y han demostrado que sus influencias pueden hacer caer a periodistas, editoras y dibujantes.

LA NACIÓN CAUTIVA.

DIARIO LA NACIÓN, DE SANTIAGO DE CHILE, HA QUEDADO SOMETIDO A LA NUEVA INQUISICIÓN POR PARTE DEL SIONISMO.

Daniel Platowski, por ser subordinado de Gabriel Zaliaznik dentro del CREJ, Comité Representativo de las Entidades Judías, estaba inhabilitado no solo para dar la respuesta que dió a su superior jerárquico sino que también para participar en las deliberaciones del directorio de La Nación.




No puede ser que entre judíos sionistas se entiendan para dejar cesantes a tres chilenos por el crimen de pensar y de expresarse de un modo distinto al de ellos:
Han dejado cesantes al escritor y articulista Antonio Gil, a la periodista y editora Ana Verónica Peña y al dibujante y caricaturista del diario Pepe Gai.

NO HEMOS ESCUCHADO NI AL COLEGIO DE PERIODISTAS NI A LA ASOCIACIÓN NACIONAL DE LA PRENSA NI A LA SOCIEDAD DE ESCRITORES DE CHILE NI A LAS ESCUELAS DE PERIODISMO Y DE LITERATURA DE LAS UNIVERSIDADES CHILENAS,
ALZAR SU VOZ EN PROTESTA EN CONTRA DE ESTE GRAVÍSIMO ATENTADO EN CONTRA DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN DE ESCRITORES, PERIODISTAS Y ARTISTAS.
¡EXIJAMOS LA DESTITUCIÓN DE DANIEL PLATOWSKI DE LA PRESIDENCIA del Directorio Empresa Periodística La Nación S.A. Y SU REEMPLAZO POR EL MISMÍSIMO ANTONIO GIL!
¡ESTA ES LA PIEDRA DE TOPE PARA SABER  SI LA NACIÓN PUEDE DEJAR DE SER CAUTIVA!

VER COMENTARIOS EN
http://www.lanacion.cl/un-desafortunado-episodio/noticias/2010-08-28/153134.html#inicio_lista

LA TORRE DE LA SANGRE / MASACRE DEL SEGURO OBRERO: A 72 años de la masacre del 5 de septiembre de 1938.

En la fotografía, Rodrigo Alliende hace uso de la palabra en el acto que se acaba de realizar en el Cementerio General de Santiago de Chile. Sobrino y secretario personal de Jorge González von Marées, es el autor de "El Jefe", el libro dedicado al fundador del Movimiento Nacional Socialista de Chile.
HA TENIDO LUGAR EN LA CAPILLA DEL CEMENTERIO GENERAL DE SANTIAGO DE CHILE UN ACTO LITURGICO Y ANTE EL MONOLITO A LOS CAÍDOS DEL 5 DE SEPTIEMBRE DE 1938 UN ACTO DE RECORDACIÓN DE LOS MÁRTIRES DEL SEGURO OBRERO, POR PARTE DE ALGUNOS QUE NO OLVIDAN, DE ALGUNOS DE AQUELLOS QUE RECOGEN LA POSTA CON EL LLAMADO ANCESTRAL DE QUIENES "CON SU SANGRE SALVARÁN A CHILE".

Discurso: A 72 años de la masacre del 5 de septiembre de 1938.

Amigos y camaradas presentes, me ha tocado dar este discurso hoy ante Uds con el fin de reinaugurar esta instancia apagada por tantos años. El Comité del Recuerdo Mauricio Mena, pretende, empezando desde hoy, convertirse en una instancia de recuerdo constante de lo que fue aquella gesta del 5 de septiembre de 1938.

Hace pocos días el país tuvo la hermosa noticia de que 33 de los nuestros sobrevivieron al derrumbe en las entrañas de la tierra de Copiapó.
Hace 72 años 60 familias chilenas no pudieron sentir la alegría que hoy nos embarga:
60 de sus hijos habían caído, luchando por el ideal de redención que el antiguo movimiento nacional socialista liderado por Jorge González von Marées había sembrado en sus corazones.
Por supuesto era otro país; era una época violenta, de ideales y luchas, donde aquel viejo movimiento emprendió una campaña tenaz contra la reacción encarnada en el gobierno de Arturo Alessandri y su ministro del hambre Gustavo Ross Santa María.

Fueron luchas memorables que ocuparon las calles y el hemiciclo del Congreso Nacional, en que se denunció al agitador y al demoledor de la patria. El movimiento atacó tenazmente la corrupción que tenía su base en el gobierno. Se enfocó con especial vigor expresivo contra los brazos ejecutores de la fronda oligárquica: Investigaciones y Carabineros, y contra el Ministro Ross y su política del látigo.
La lucha tuvo momentos dolorosos. Muchos cayeron y sus nombres nunca serán suficientemente recordados. Nuestros camaradas pagaron el precio que purgan los idealistas en este mundo sin sueños. La torre de la sangre fue la negra tumba para quienes quisieron vivir el sueño de los ideales políticos.

Las deducciones espirituales que conllevó aquella lucha no se han apagado; las estrellas de sus nombres gloriosos siguen brillando en el cielo anónimo del mito que hoy aquí nos empeñamos en revivir, para decir con modestia y corazón: “Ellos siguen estando”.

Recordamos los nombres de nuestros héroes, pero así también de viejos camaradas que sobrevivieron a aquella época:
Llega a nuestros labios el mártir Cesar Parada, presidente del Grupo Nacista Universitario y brillante exponente intelectual de aquellos tiempos en que la lucha en el aula fue mano a mano con otros grupos estudiantiles sobre los que el nacismo brilló al obtener la mayor votación en 1937 y 38 como fuerza individual en la federación de estudiantes.
Domingo Chavez Wahlen, de gran sensibilidad y gusto por la música. Era un incomparable idealista que le dio corazón a aquel 5 de septiembre. Y digo esto porque la circunstancia de su muerte tuvo algo especial. Domingo nació con el corazón al otro lado y enfrentándose a sus asesinos les mostró su pecho y les dijo, “dispárenme aquí, mi corazón está preparado para sacrificarse por el ideal más grande de todos”.
Y es por eso, por Domingo Chavez, que el 5 de septiembre fue un día lleno de corazón. Aparecen otros nombres en nuestro recuerdo.
Los buenos hermanos Thennet, Luis y Héctor. Valientes e idealistas ese día marcharon, uno junto a otro, rumbo hacia la torre de la sangre donde fueron masacrados. Junto a ellos aparece el nombre de su valerosa madre, la señora Judith Guillet de Thennet, que hasta su último día ayudó a las familias de los nacistas que murieron junto a sus hijos.
Los hermanos Jorge Jeldes, -uno de los cuales dejó dos hijas que hoy nos acompañan-; Hermosos muchachos que creían en la causa de su patria y acudieron aquel día a morir por un Chile más hermoso y feliz.
Así también Renato Chea, Guillermo Cuello, Ricardo White, y tantos otros entre los que no podemos de dejar de nombrar de especial manera a Enrique Herreros del Río. Este jóven que dejó aquella inolvidable carta de despedida en que consagraba el sacrificio conciente de morir por una causa superior; recordamos que su hermano Gonzalo guardó aquel breve pero incomparable documento toda la vida junto a su corazón; don Gonzalo Herreros que aunque era ciego vio más que todos nosotros, manteniendo el ejemplo de aquel tiempo de idealismo y batallas políticas que no tuvieron pausa, que día a día se trazaron en el ancho mapa de la historia, comenzando para aquel movimiento el día 5 de abril de 1932.
En esa fecha Jorge González funda la agrupación conocida como Movimiento Nacional Socialista de Chile, la que aspiraba a llevar a nuestra nacionalidad a un plano ni siquiera soñado. Con los años a este movimiento político se integraron grandes hombres, obreros, intelectuales, pequeños empresarios y clase media naciente de aquel tiempo: Francisco Maldonado, Emiliano Aros Molina, Mario Pérez Perreta, Víctor Tapia Briones, Gerardo Gallmeyer, Pedro Molleda, Hedilberto Bizama, Carlos Pizarro Cardenas, Alberto Montes, Facundo Vargas, Pablo Acuña Carrasco y tantos otros. Recordamos los nombres de Mauricio Mena, noble autor de los viejos himnos idealistas que aspiraban a una patria más hermosa, al sueño de la mujer amada, a la fe que es optimismo y redención.
Mauricio Mena que tuvo sueños de eternidad y cuyo nombre bautiza nuestro comité, ya que fue él quien empezó hace ya muchos años con esta instancia que lideró hasta su temprana muerte en 1952.
Carlos Keller, gran intelectual, Javier Lira Merino, Gustavo Vargas Molinare, Diego Lira, Javier Cox, Roberto Vega Blanlot y tantos otros jóvenes que luego de aquellos días siguieron arrastrando la vida con el peso perturbador y terrible de la perdida y la tristeza más grande que fue no sólo la muerte sino también la masacre de los mejores. Como no recordar a Oscar Jiménez, al que conocieran como Pitón 10, médico idealista, creador del primer banco de dadores de sangre del país y luchador incansable por los derechos y reivindicaciones sociales de los más pobres, a los que ayudó hasta sus últimos tiempos. Él pidió morir con sus camaradas, pidió ser fusilado para acompañar a los héroes a la eternidad.
No se puede dejar de nombrar a Enrique Zorrilla, mi amigo y maestro, que un día me dijo: “no pierda la fe en los sueños del pasado, no olvide nunca la lucha de mis hermanos que murieron en el Seguro Obrero. Uds son las generaciones de recambio. Les corresponde seguir regando con idealismo la digna semilla del ejemplo que fue el 5 de septiembre de 1938, para que no se olvide, para que con voz alta puedan decir: existieron, así fueron, así vivieron y murieron, así siguieron arrastrando la vida, recordando hasta la muerte”.
Antonio Cabello, el comandante de las juventudes nacional socialistas que, con el corazón henchido de amor por su país, guardó siempre en su pecho también el hondo dolor de aquella masacre en que murieron sus amigos de juventud. Antonio fue un valiente, un irrenunciable creyente en la causa de su aguerrido pasado. Para él el recuerdo de los rostros muertos fue terrible. Muchos años le persiguieron las imágenes de cuerpos ensangrentados, caras queridas que estaban sobre el suelo frío de la morgue con los ojos abiertos.
Y como el de mi querido Antonio hay tantos otros nombres que rozan la memoria, acariciando la superficie del corazón con una tenue mano que no se resigna a morir en la ley trágica del destino:
Marta Vásquez- antigua secretaria de Jorge González- que hasta el fin estuvo en este monolito, recordando el nombre de nuestros 60 hermanos;
Galvarino Sepúlveda Molina, antiguo militante que nunca renunció a sus creencias; Ernesto Durán Pino, Juan Salinas Ortiz etc.
Hay que nombrar de manera especial a Carlos Chavez Wahlen, cuya inspiración nos da la fuerza para estar hoy aquí, otra vez en representación de nuestros viejos camaradas –Me permito decirte gracias querido Carlos, hermano mayor para nosotros, guía espiritual en el supremo cause del ideal. El hermano de Carlos, Domingo, fue uno de los muchachos que cayeron hace 72 años. Él nunca, ningún día de su vida ha dejado de recordarlo. Seguiremos tu ejemplo querido amigo-;
Renán Valdés, fallecido hace poco, cuya austeridad nos alumbra el camino, dándonos un verdadero ejemplo de ideal y fortaleza, de irrenunciable tenacidad ante todo: la soledad, las truncas expectativas de una vida que acabó en el abandono y que pese a eso fue digna hasta su último instante.
Tantos nombres aparecen junto a las 60 estrellas que iluminan con su luz el oscuro cielo de la historia; las estrellas que brillan en el indómito cielo del heroísmo.
Una mención especial merece Miguel Serrano, seguidor de la gesta del 5 de septiembre; otros como Juan Diego Dávila Basterrica, Héctor Sepúlveda Villanueva y por supuesto Jorge Gónzalez von Marées, el padre, el formador de juventudes, hombre austero y generoso que enseñó a toda una generación un espíritu nacionalista fundado en el valor.

Hoy, en estos tiempos donde la trascendencia se ha dejado de lado para funcionar de acuerdo a las inhumanas leyes del mercado y el consumismo, el ejemplo de nuestro 5 de septiembre cobra un valor que se impone a pesar de los años; es un ejemplo donde el nombre de los 60 muchachos de aquel Chile bello sigue brillando en los corazones de esta generación distante.
Porque aquí estamos para seguir recordando, para decir desde el fondo del alma que nunca los olvidaremos, que cada vez que miremos el ministerio de justicia estarán presentes, que sus rostros masacrados serán el fantasma de nuestra historia, azotando como un viento de finales de invierno la nueva memoria del pueblo al que pertenecieron, el pueblo que nunca los olvidó y que hoy en su nombre agradece el ejemplo, el valor, la lucha de pasados días.

Recordemos por un instante. Aquel año de 1938 fue un año politizado y que se determinó profundamente por las elecciones presidenciales. Los candidatos eran Pedro Aguirre Cerda, Gustavo Ross Santa María y Carlos Ibáñez del Campo. Ante el seguro triunfo del candidato de la reacción, el ministro del hambre Gustavo Ross, el movimiento se reveló con todas sus herramientas. Fue necesario un levantamiento que garantizara el curso honesto de aquel proceso eleccionario y para esto era menester anular el arbitrario poder de Arturo Alessandri y su derecha deshumanizada.
Los nacistas actuarían en concordancia con el ejército en un golpe revolucionario. Su misión fue hacer tiempo –capturando el Seguro Obrero y la Universidad de Chile- para esperar la llegada de las tropas que participarían en la acción, supuestamente leales. Pero fueron traicionados y quedaron solos, atrapados y no quedó otra posibilidad que rendirse. Y así lo hicieron, primero, los muchachos que tomaron por asalto la Universidad. Tristemente recordadas son aquellas fotografías en que se les ve caminar por el centro de la ciudad con los brazos en alto, rendidos rumbo hacia la caja del Seguro que abrió de pronto su ancha puerta de hierro para verlos entrar, detenerse para siempre en el instante decisivo, en que todas las luchas, todas las peleas, todas las derrotas, todo el empeño, tuvo un fin último pagado en Sangre.
Los 60 estuvieron en el interior del edificio, ya rendidos y fueron acribillados, golpeados, rematados hasta el cansancio y saqueados.
Sólo 4 se salvaron en las pilas de cadáveres que bañaban con su sangre las escaleras, cada peldaño hasta llegar a la calle.

La noche cubrió aquel paisaje, la noche entró en aquellas oficinas cercanas a la casa de los presidentes de Chile, y fue así como nuestra historia se manchó para siempre con la sangre derramada de los héroes que tenían el convencimiento de morir por algo superior, que pensaban que su sangre salvaría a Chile.
Sus cuerpos se apilaron posteriormente sobre el suelo de la morgue. Allí apenas fueron reconocidos algunos por la ropa que vestían. Las fotos nos muestran a un padre que encontró el cadáver destrozado de su hijo y lo abrazó hablándole, rogándole que se levantara. Pero los muertos no oyen a nadie. El pesado dolor de la historia cierra sus bocas y sus párpados para siempre. Con el tiempo los asesinos fueron indultados. El perdón vino, al igual que la orden de muerte, desde La Moneda. Los sucesos de la caja del seguro obrero se olvidaron para siembre bajo un manto de indiferencia.

Y es por eso que les pregunto hoy, tantos años después a los jóvenes de mi generación: ¿Qué significa estar aquí nuevamente? Les digo: estar aquí es concordar con la memoria histórica de un país que no reconoce a sus muertos. Los muertos de la escalera nos hacen participes de su ejemplo. Nosotros debemos responder a su llamado que se extiende con alto sentido revolucionario y debemos oponernos, como ellos lo hicieron, a la reacción, a la desigualdad.
Debemos reflexionar sobre el Chile que vivimos.
Debemos transmitir su idealismo, dándole al país el sentido de trascendencia que tanto necesitan sus hijos hoy en que el valor y la austeridad brillan por su ausencia. Enfoquemos el corazón hacia ese pasado, sintonicemos el alma con aquellos muchachos, con esos locos heroicos que resistieron en las escaleras la muerte y el martirio.
Sólo la sangre de los héroes es capaz de redimir este mundo en ruinas, esta juventud que no vibra con nada.

Después de tantos años de que se acallaron sus voces, estamos hoy nuevamente, junto a ellos, en este lugar sagrado para rendirles homenaje.
El Comité del Recuerdo Mauricio Mena, se ha reformado con nuevos integrantes. Aspiramos a que en el futuro el acto pueda tomar la forma que tuvo antaño, y que las generaciones de recambio estén aquí, en este sitio simbólico, al pie del cañón, para levantar la voz y hacerse escuchar. Para nunca olvidar. Porque de eso se trata.

No debemos olvidar nunca la fecha del 5 de septiembre. Porque de lo contrario nuestros mártires sí habrán muerto, solos, abandonados. Abracemos en más sus espíritus con el corazón lleno de optimismo y digamos gracias muchas gracias camaradas y hermanos del Seguro Obrero.



Mauro Emilio Valencia
Coordinador del “Comité del Recuerdo a los Mártires del 5 de septiembre de 1938, Mauricio MENA”.
28 de agosto 2010.
chebartolo@gmail.com,

jueves, agosto 26, 2010

LA EMBESTIDA JUDAICA EN CHILE

Hasta el año pasado un amigo de Viña del Mar, profesor de artes plásticas por más señas, todavía nos criticaba "por hablar tanto" de los judíos, siendo que eran "un grupo más" y que estábamos rayados con el tema.



Todo lo que ha ido ocurriendo este año 2010 ha hecho que nos quedáramos cortos al respecto.

Tanto en asuntos de largo alcance, como es el caso del tipo de educación que se quiere imponer en Chile ("Educación 2020" está encabezado por un judío), como en asuntos de efecto inmediato, como lo son la compra de un gran paquete de acciones de Blanco y Negro (dueño de Colo Colo) que hizo el consuegro de Sebastián Piñera, Hernán Levy Arensburg, y como es la defenestración de La Nación por presiones del Lobby Judío, encabezado por Gabriel Zaliaznik, del articulista Antonio Gil, de la editora Ana Verónica Peña y del dibujante Pepe Gai.

ANTONIO GIL ES UN DESTACADO ESCRITOR CHILENO QUE SE HA CARACTERIZADO POR LA LIBERTAD DE SU PLUMA, NO SOMETIDA A LOS DICTADOS DE LO POLITICAMENTE CORRECTO Y CONVENIENTE. POR MUCHO TIEMPO HA ESCRITO COLUMNAS DE OPINIÓN EN EL DIARIO "LA NACIÓN", EN DONDE DISTINTOS DIRECTORES HAN RESPETADO SUS ESCRITOS. PERO ESTE DOMINGO SU COLUMNA HA MOLESTADO A LOS QUE YA SE QUIEREN CONSIDERAR EL GRUPO DOMINANTE EN CHILE: A LOS JUDÍOS SIONISTAS, QUIENES HAN MOVIDO LAS INFLUENCIAS QUE TIENEN EN EL GOBIERNO HINZ-PIÑERA PARA EXPULSAR IGNOMINIOSAMENTE TANTO AL AUTOR DEL ARTÍCULO COMO A LA EDITORA DE "LA NACIÓN DOMINGO", ANA VERÓNICA PEÑA, Y AL DIBUJANTE PEPE GAI POR HABER HECHO LA CARICATURA ASOCIADA AL ARTÍCULO DE GIL, COMETIENDO UN NUEVO ATENTADO FLAGRANTE EN CONTRA DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN CHILE.

ANTONIO GIL: A LA SOMBRA DE MAMMON. EL ARTÍCULO QUE MOTIVÓ UN NUEVO ATENTADO A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN CHILE.

Fotografía del escritor censurado por el gobierno Hinz-Piñera en Chile: Antonio Gil Iñiguez.

ANTONIO GIL ES UN DESTACADO ESCRITOR CHILENO QUE SE HA CARACTERIZADO POR LA LIBERTAD DE SU PLUMA, NO SOMETIDA A LOS DICTADOS DE LO POLITICAMENTE CORRECTO Y CONVENIENTE. POR MUCHO TIEMPO HA ESCRITO COLUMNAS DE OPINIÓN EN EL DIARIO "LA NACIÓN", EN DONDE DISTINTOS DIRECTORES HAN RESPETADO SUS ESCRITOS. PERO ESTE DOMINGO SU COLUMNA HA MOLESTADO A LOS QUE QUIZÁS YA SE QUIEREN CONSIDERAR EL GRUPO DOMINANTE EN LA POLÍTICA CHILENA: A LOS JUDÍOS SIONISTAS QUE NO TIENEN LA SUFICIENTE COMPRENSIÓN DE LECTURA PARA ENTENDER QUE CUANDO GIL HABLA DE MAMMON SE REFIERE AL ESPÍRITU DE AVARICIA Y DE CODICIA QUE DESGRACIADAMENTE SE HA ESPARCIDO ENTRE MUY DISTINTAS GENTES.
LLEVADOS POR SU OBSECACIÓN EN CONTRA DE TODO LO QUE HUELA COMO CRÍTICA A LO JUDAICO, LA DIRIGENCIA SIONISTA DE CHILE  HA MOVIDO LAS INFLUENCIAS QUE TIENEN EN EL GOBIERNO HINZ-PIÑERA PARA QUE ESTE EXPULSASE IGNOMINIOSAMENTE TANTO AL AUTOR DEL ARTÍCULO COMO A LA EDITORA DE "LA NACIÓN DOMINGO", ANA VERÓNICA PEÑA, Y AL DIBUJANTE PEPE GAI, COMETIENDO UN NUEVO ATENTADO FLAGRANTE EN CONTRA DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN CHILE.




A la sombra de Mammon


La Nación 22 Agosto 2010 p. 7 Peso Pluma

Y entonces la bella e inexorable Melpómene y el fiero Wekufu se desvanecen para dejar su lugar a Mammón, el demonio judío de la avaricia y la codicia. Desaparecen pues de nuestro imaginario de golpe las presencias idealizadas, sublimadas, de lo inevitable, y emerge, con un retintín de oro, el verdadero culpable de la totalidad de nuestros males.

A veces creemos entrever, como en sueños, erguida contra nuestro óseo roquedal andino y en el “puro cielo azulado”, la figura bella y feroz de Melpómene. Ella, la musa griega inspiradora de la tragedia se nos presenta siempre tal y como es descrita en los libros: “ricamente vestida, grave el continente y severa la mirada, generalmente lleva en la mano una máscara trágica como su principal atributo, en otras ocasiones empuña un cetro, una corona o un puñal ensangrentado”.

Otras veces, entre los silbos del viento sentimos allegarse la presencia sigilosa de Wekufu, el dios mapuche de la muerte y la destrucción, batiendo a Ngenechen, el dios de la vida. Y los números terribles se repiten en este ineludible triunfo de la fatalidad. El 27 de noviembre de 2005, 33 personas abordaron una embarcación de sólo 6 metros de largo, con capacidad para 16 ocupantes. Además la lancha llevaba carga. Las siempre peligrosas aguas del lago Maihue, que en mapudungun significa copa de madera, y el sobrepeso de la adicional, hicieron naufragar el pequeño lanchón.

Hay ocasiones en que el desastre (que como sabemos quiere decir “lejos de la estrella”) exige un poco más para su morral, como ocurrió el 18 de mayo de ese mismo año cuando en la zona cordillerana de Antuco, al interior de Los Ángeles, murieron congelados 44 soldados conscriptos y un sargento. La mayoría de las veces se trata de gente pobre, de miembros de los sectores más frágiles y abandonados de nuestra sociedad. Y entonces la bella e inexorable Melpómene y el fiero Wekufu se desvanecen para dejar su lugar a Mammon, el demonio judío de la avaricia y la codicia.

Desaparecen pues de nuestro imaginario de golpe las presencias idealizadas, sublimadas, de lo inevitable, y emerge, con un retintín de oro, el verdadero culpable de la totalidad de nuestros males. Un demonio cebado en el lucro y en la más extrema cicatería. Ese es el verdadero demonio que gobierna, desde hace ya demasiado tiempo, el alma de Chile, arrasando a la bella Melpómene y al guerrero Wekufu, quienes no hacen otra cosa que cumplir sus deberes cerrando los ojos. Si vemos caso a caso las grandes desgracias que ha sufrido el país, descubriremos tras cada una de ellas la sombra de Mammon y sus explicaciones y comisiones y mentiras. Balseraphs son nombrados en las antiguas tradiciones los “abogados infernales”.

“Los Balseraphs que sirven a Mammon pueden convencer a sus víctimas de que hasta el hecho más atroz será en extremo beneficioso”. Son los demonios que ofrecen indemnizaciones y compensaciones. Antes de la caída, Mammon era un serafín al servicio de Dios. Pero su corazón se llenó con el deseo del oro y se unió a Satanás en la rebelión contra el Creador. Cuando la guerra en el cielo terminó, según la tradición rabínica, “los pecados de Mammon eran peores que los de cualquier otro de los caídos”.

Y él hoy, por desdicha, ha penetrado incluso en las iglesias, en los ministerios, por no hablar de entidades financieras, que es donde pernocta diariamente. Wekufu y Melpómene retroceden con horror cuando ven el recorte de presupuesto para una nueva lancha en un lago remoto. Cuando se asoman sobre el hombro del contador, que con su lápiz rojo elimina defensas en los socavones mineros u “optimiza” los gastos en material de invierno para los soldados que sirven a la patria. Chile está en guerra. Tenemos que aniquilar a ese demonio antes que todos seamos avasallados por la bestia. //LND

ARTÍCULO PUBLICADO EN "LA NACIÓN DOMINGO" DEL 22-08-2010 POR EL ESCRITOR ANTONIO GIL.
EL LOBBY JUDÍO DE CHILE ACABA DE LOGRAR LA EXPULSIÓN DE ESE DIARIO TANTO DEL ESCRITOR COMO DE LA EDITORA ANA VERÓNICA PEÑA, QUE DIÓ EL VISTO BUENO A SU PUBLICACIÓN.

ACTUALIZACION DE "LA NACIÓN" DEL 26-08-2010:

En La Nación acaban de publicar la siguiente nota aclaratoria. Queda totalmente claro de dónde viene la orden de censurar la columna y despedir a la editora.

Nota del Director
Jueves 26 de agosto de 2010 | |



En relación con un artículo publicado en la última edición de La Nación Domingo, de autoría del columnista Antonio Gil, hemos recibido una carta del presidente de la Comunidad Judía de Chile que será publicada en extenso en la próxima edición dominical de este diario.

Adelantamos nuestras disculpas públicas a la Comunidad Judía por las alusiones e interpretaciones que despertó la mencionada columna y que claramente se alejan de nuestra orientación pluralista y respetuosa de la dignidad de las religiones, pueblos y personas.

A la sombra de Mammon: La columna censurada de La Nación

26 August, 2010 por Luis Ramirez en http://luisramirez.cl/blog/?p=3247

Hace pocos minutos me entero vía Twitter que a la periodista editora de La Nación Domingo, Ana Verónica Peña, la despidieron por insistir en publicar la columna que ahora comparto con ustedes. Esta columna fue escrita por Antonio Gil.

Mi opinión luego de leerla: Claramente si esto fue la causa del despido hay gente muy intolerante y poco respetuosa de la libertad de expresión en ese medio. Si fuera por esto, a los editores de El Mercurio los deberían haber despedido una vez por semana al autorizar publicación de columnas de los fanáticos que a veces publican en ese diario.

Realmente, un golpe bajo a uno de los valores más fundamentales de una democracia.

Juzguen ustedes mismos. Por favor difundir (copiar y pegar en sus propios blogs).

COMENTARIOS RELATIVOS A ESTE NUEVO ATENTADO A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN POR PARTE DEL SIONISMO EMPODERADO EN EL GOBIERNO DE PIÑERA:

Francisco says:
26 August, 2010 at 5:47 pm
Porque se le deben excusas a la comunidad judia por citar uno de los personajes biblicos?? Mammon Angel de la riqueza, demonio de la codicia. Dualidad del ser humano.

karen hermosilla says:
26 August, 2010 at 6:03 pm
Resulta que ahora “citar” unpersonaje que los mismo judios mitificaron es un “pecado” que se debe disculpar y escarmentar con la cesantía. El colmo. Esto ofende a la sociedad plural y democrática. Es controvertido incluso la carcel para Pound, como no va a ser polémico el despido de esta periodista. Nuevamente el protosionismo chileno utiliza su arbitrariedad para “defenderse” a capa y espada. Una exageración.

“con usura,
pecado contra la natura,
es tu pan para siempre harapiento,
seco como papel, sin trigo de montaña,
sin la fuerte harina.
Con usura se hincha la línea
con usura nada está en su sitio (no hay límites precisos)
y nadie encuentra un lugar para su casa”


Ezra Pound/Preso Político

Zoltan Karpathy says:
26 August, 2010 at 6:56 pm
No doy crédito a mis ojos. ¿Despidieron a una periodista por publicar este artículo?
¿Porque se habla de una figura demoníaca de una cierta cultura? Es decir, si el autor del artículo hubiera hablado de, por ejemplo, “Lucifer, el demonio cristiano” ¿se habría quejado la Conferencia Episcopal? Realmente, estamos llegando en Chile a los peores extremos de la intolerancia, pero más que eso, este episodio raya con el disparate.

Marco Rauch says:
26 August, 2010 at 7:01 pm
Una pena la mínima comprensión lectora del representante de la Comunidad Judía, y la nula capacidad dialogante del Director de La Nación. Leer una ofensa contra el pueblo judío en ésta nota, es un despropósito del tamaño de una … sinagoga.

¿Si escribo una nota sobre los defectos o pecados que representa Judas, por ejemplo, estaré ofendiendo a la Iglesia Católica? Sentir que Mammon alude o incorpora a toda la comunidad judía es tan absurdo como suponer que todos los católicos son como el recaudador de impuestos del Nuevo Testamento, o el Hijo de Rico que no pasó por el ojo de la aguja.

Una pena el que una periodista y un escritor deban pagar con su puesto el hecho de ser inteligentes y pretender llevar el pluralismo a extremos inmanejables por el común de las personas en éste Chile ignorante y timorato.

jose miguel bernucci says:
26 August, 2010 at 7:32 pm
pero por favor… ahora encuentro razon a los estudios que dicen que sobre el 80% de los chilenos no entiende lo que lee. claramente la columna no iba en contra de los judios ni su comunidad… el colmo

vic her says:
26 August, 2010 at 7:36 pm
Creo que es irremediablemente rastrera por decirlo menos la actitud al tocar a ciertas “capas” de la sociedad… creo que cada ves que hay que hablar de “Judios” (por el tema de la segunda guerra mundial) hay que hacerlo casi entre algodones y guantes… tal ves es fuerte la expresividad del articulo, pero en su contexto es integro… no veo el malestar de esta comunidad… acaso ¿por haber sufrido antes se ganaron el don de no ser tocados bajo ninguna forma?…. no lo creo…
hay comentarios mas fuertes sobre otras instituciones (religosas o de otra indole) , incluso pordriamos ampliarlo a otras “capas” de las que ya mencione… esto demuestra una intolerancia muy grande… creo que ya antes hemos sufrido demaciado por seres, personajes o seudo humanos que se creian dueños de la verdad absoluta… esperemos que la cordura vuelva, y que no hagan a otros lo que les hicieron a ellos… en fin…

miércoles, agosto 25, 2010

OBRAS DE JACQUES DE MAHIEU: La economía comunitaria y el Diccionario de ciencias políticas.



WALHALLA EDICIONES

La Economía Comunitaria. J,M. de Mahieu, 144 p. El capitalismo individualista ha subvertido el or¬den económico natural. Ha sometido el hombre a la máquina, el consumo a la producción y la pro¬ducción al lucro, que exige la escasez para alcan¬zar su grado máximo. Se desarrolla en el caos de la “libre” competencia, con crisis crónicas cuidado¬samente dirigidas y aprovechadas. El capitalismo estatal no ha hecho sino racionalizar el proceso dándole una coherencia y un rigor que fortalecen su carácter patológico. ¿Es posible crear una economía de abundan¬cia, en la cual rija otra vez la vieja norma “de cada uno según su capacidad; a cada uno según sus necesidades”? Mahieu, con inquebran¬table rigor científico, demuestra que sí. $ 36 / 9 euros.

Diccionario de Ciencias Políticas. J.M. de Mahieu. 374 p. Con comentario del R.P. Leonardo Castellani. Escribir un tratado sucinto de política en forma de diccionario, es original, no cabe duda. Este libro es la destilada quinta-esencia de sus notables libros anteriores. Mahieu define con exactitud y concisión los términos de la política-ciencia, reducidos inteligentemente y cuidadosamente relacionados. Conjuramos a los dioses para que lean este “diccionario” los numerosos redactores de nuestras numerosas revistas políticas, que emplean muchas veces la nomenclatura como bola sin manija. $ 68 / 15 euros.
El Sol Negro. Alejandro Arocha, ed. española, 329 p. Texto de sumo interés para aquellos interesados en la llamada Sophia Perennis y sus implicaciones cosmovisionales. El libro explica al Sol Negro como símbolo, como manifestación de lo universal en el mundo, trascendiendo la determinación histórica, étnica o nacional. En un recorrido por la antigua Roma, la Hélade, Irán, la India y cualquier lugar en el cual los indoeuropeos conectaran con su origen, se observa que está presente éste símbolo. La Duodenaria Milicia Celeste: los doce imames del chiísmo, los doce iniciados de Agartha, los doce Asen de Asgard, los doce dioses romanos y griegos, los doce trabajos de Herácles, los doce apóstoles de Cristo… Lejos de pretender fomentar ningún ecumenismo ni sincretismo de cualquier tipo, cabe preguntarse ¿Inconsciente colectivo? ¿Tradición Primordial? ¿Religión cósmica?. Esta mística occidental rompe con las especulaciones demasiado mundanas por el simple hecho de que no permite ningún tipo de afirmación referente a lo Increado, señalando así su carácter sempiterno e Infinito. $ 62 / 12 euros.




Seineldín. El gran patriota. Luis Razzolini, 88 p. Su carisma; su inteligencia; su humildad; su honestidad; su dignidad; y su fe cristiana hacían de él un líder natural indiscutido, no solo en el terreno militar, donde sobresalió como excelente soldado, dando muestras de su patriotismo y coraje en Malvinas, sino dentro de la misma sociedad, siendo su opinión requerida por las más altas personalidades del quehacer nacional. Su vida fue un ejemplo a imitar por aquellos argentinos que sentían igual amor por la patria y sus semejantes. $ 35 / 9 euros.
Mi Doctrina. Adolf Hitler, 259 p. Edición española especial, 120 ejemplares numerados, incluye numerosas fotografías de gran calidad en papel ilustración. $ 150 / 29 euros.

Nuevo DVD!
329- Bajo los puentes. Con la magnífica interpretación de Carl Raddatz (Stukas, Concierto a pedido, subtituladas por nuestra editorial, etc.), paisajes naturales maravillosos, diálogos intensos y magistral manejo de cámaras, esta película nos narra la historia de dos barqueros.

Hendrik y Willi hacen normalmente su recorrido por el río Havel, dependiendo de un remolcador. En uno de sus viajes se suma Ana, una desconocida con misterioso pasado. Emoción y suspenso en esta obra de arte. 90 min. B/n, subtitulado en castellano.
Dirección: Helmut Käutner. Actuación: Hannelore Schroth, Carl Raddatz, Gustav Knuth.

Reposiciones-Libros

Los enigmas del Reino Solar. Max Valier (sobre la teoría de Hans Hörbiguer). Ed. de 200 ejemplares numerados. 127 p. $ 80 / 17 euros.

El hombre y las desigualdades raciales. Joseph Arthur Gobineau. Y El sentido racial de Wagner, Ramón Bau. (2 textos en un libro), 321 p. $ 120 / 24 euros.

Waffen SS. Legiones extranjeras. Julio Torres V., 348 p., fotografías. $ 140 / 30 euros.

www.videoswalhalla.com

DVD: $ 30, dcto 10% por 2 o más. Exterior 10 euros, consultar por descuentos.

Argentina:
-Depósito previo en Bco. Francés, sucursal 270, caja de ahorro 18875/0.
-Envíos contra reembolso: + 4% s/total de la compra.

Exterior (los demás países): Western Union o Money Gram.
Descuentos especiales en dvd.

sábado, agosto 21, 2010

WALTER ROMERO: LA HORA DE LOS IMPRUDENTES, ANTECESORA DE LA HORA DE LOS PUEBLOS.

WALTER ROMERO, DESDE TSUNAMI POLÍTICO, HACE UN LLAMADO A LA ARTICULACIÓN DE UN GRAN NACIONALISMO DE PATRIA GRANDE EN ARGENTINA: ES LA HORA DE LOS IMPRUDENTES, ANTECESORA DE LA HORA DE LOS PUEBLOS.
P/.

LA HORA DE LOS IMPRUDENTES

por Walter Romero



Durante más de 30 años se cagaron de risa en nuestras caras. Hicieron lo que quisieron, con la Argentina y con los argentinos. Veo con amargura lo que quedo de mi Nación Argentina. Una triste y decadente republiqueta de los Martínez de Hoz y sus Chicago Boys; de los Alfonsin y su “con la democracia se come, se cura y se educa”; de los Menem y su “Síganme que no los voy a defraudar”; de los De la Rua y su pañuelito de seda en el cuello al mejor estilo oligarca de los años 30 sentado en la Sociedad Rural; de los Duhalde y sus manzaneras y ahora, de los Kirchner, el nuevo vendedor de espejitos de colores...

Nuestra querida Patria, como toda Latinoamérica, no logra por el momento sacarse de encima las cadenas que la atan a la Dependencia y la mantienen en estado de Colonia. Parecería ser que el Destino le tiene negado liberarse y llevar este mensaje a sus países hermanos de la Patria Grande. Los yanquis quieren robarnos lo que nos pertenece e impedir por cualquier medio la Revolución Nacional. Pero esa rapiña no sería posible si no contaran con la complicidad de cipayos nativos que responden a sus intereses. Sea en democracia con Alfonsin, Menem, De la Rua, Duhalde o Kirchner o sea en dictadura con Videla, Massera o Viola. Lo mismo da. El imperialismo que arremete, ya sea con la succión de riquezas, manteniendo a los países en un eterno subdesarrollo, abultando con intereses arbitrarios sus deudas externas contraídas por gobernantes miserables o entrometiéndose en los asuntos internos. Planes perfectamente orquestados por los centros del poder Sinárquico Mundial que exportan la tan mentada globalización. ¡Abramos los ojos !

El Nacionalismo repudia ese imperialismo hegemónico. Proponemos, como solución, un camino que representa la verdadera síntesis del Nacionalismo y el Socialismo. No el nacionalismo chauvinista ni el socialismo “a la cubana”. Un nacionalismo abierto y solidario con sus hermanos latinoamericanos y un socialismo nacional con Justicia Social. Un camino que nos lleve a nuestra Segunda Independencia y luego fortalecerla con un Estado del Trabajo y de la Libertad. Donde el Estado sea inconmovible y su mensaje sirva de guía ejemplar de la Revolución Nacional para toda Latinoamérica, formando un bloque geopolítico libre del imperialismo yanqui. La liberación es posible. Con lucha y esfuerzo. Porque ha de llegar al final, LA HORA DE LOS PUEBLOS.

La Argentina es un país arruinado, humillado y confundido que, gracias a la total incapacidad y cipayismo de sus dirigentes, navega a la deriva, de crisis en crisis. Donde cientos de miles de argentinos, tuvieron que partir al Exilio Económico en busca de mejores horizontes que Argentina no ofrecía. Desde Tsunami Político queremos mostrar el tremendo descalabro en que viven los Argentinos. Y no lo hacemos por criticomania gratuita.

Frente a esta más que triste realidad, caben solo dos actitudes. La de doblegarse y aceptarla o la de proponer soluciones y pelear por ellas. Elijo la segunda. Porque pienso que todavía hay argentinos dispuestos a pensar y a trabajar en beneficio del país. Todo lo que necesitamos es una generación de políticos capaces. ¿Será que existen?. Que desechen definitivamente la funesta idea de que cualquier incapaz puede acceder a la política. Con políticos comprometidos más con el País que con la imagen y el bolsillo, se le puede dar a la Nación el Mando Político del que actualmente carece. Con una jerarquía política, seleccionada por mérito, vocación de servicio y capacidad. Es decir mediante políticos con Honor, podemos lograr la desaparición de los enfrentamientos suicidas que bañaron de sangre a nuestra sociedad. Políticos con Honor pueden eliminar la lucha de clases. No estamos hablando de superarla, sino, concretamente de eliminarla. Porque políticos con Honor pueden ir al Pueblo y explicarle a cada sector, no SU importancia, sino la del OTRO. El día en que los empresarios comprendan la importancia de todo el Pueblo Trabajador; el día en que todo obrero comprenda la importancia de los auténticos hombres de empresa; el día en que los militares comprendan la importancia de los civiles y los civiles la de los militares; el día en que un político con Honor y, por consiguiente, con Credibilidad, consiga hacer que un general con agallas, un empresario con iniciativa, un obrero con ganas de hacer cosas y un intelectual con imaginación, se den la mano para Trabajar en lo que a la Argentina le conviene; ese día enterraremos la lucha de clases porque tendremos una Comunidad Organizada.

Firmemente encolumnados detrás de verdaderos jefes políticos, podemos sacudirnos el yugo del imperialismo. No hay cosa en el mundo que la Argentina no pueda producir. Una industria bioquímica nacional puede perfectamente producir los medicamentos que necesitamos. Una industria pesada nacional está perfectamente en condiciones de producir nuestros insumos básicos. Tenemos petróleo para montar una sólida petroquímica. Tenemos una producción agropecuaria con la que se puede montar una enorme industria alimentaría que arroje fuertes saldos exportables a precios competitivos. A lo largo y ancho de nuestro país tenemos todos los climas, todos los suelos y todas las fuentes de energía que necesitamos. Una comunidad argentina solidamente organizada no tiene por qué temerle a la pobreza.

Tampoco tiene por qué temerle a ningún Poder en el mundo, por más Potencia que sea. Una Argentina que disponga de un Estado restaurado y de una sociedad productiva no puede ser avasallada así como así. Una Argentina en esas condiciones no es Afganistán o Irak. No somos una islita o una republica bananera nacida de la balcanización. Somos una Nación de 40 millones de habitantes que ocupa el corazón geopolítico de Sudamérica. Solamente la traición de nuestros dirigentes y un continuo lavado de cerebro a cargo de un aparato cultural que solamente nos ofrece bosta, han podido convencer a muchos argentinos de nuestra supuesta debilidad o impotencia. Débiles e impotentes habrán sido nuestros gobernantes y nuestros ideólogos. El pueblo, no. El Pueblo ni entregó el país a Rockefeller, ni entrego el Beagle, ni entregó todas las empresas del estado (a precio de banana), ni aceptó directivas de Nueva York, ni se rindió en Malvinas. El Pueblo ni está conforme con esta democracia claudicante y enferma, ni cree tampoco en que, para superarla, haya que matar o secuestrar a medio país. El Pueblo lo único que quiere es ser gobernado decentemente y en beneficio propio. No de unos cuantos atorrantes que hacen negocios políticos con la plutocracia norteamericana, con la socialdemocracia europea o con el comunismo chino. Un gobierno soberano es posible. La soberanía política y la libertad económica son objetivos posibles. No son objetivos fáciles. Pero son perfectamente posibles si los encara un gobierno capaz. Porque la crisis argentina no es ni económica ni social. Es una crisis política. Los desastres que sufrimos son consecuencia del fracaso y de la incapacidad culposa de quienes nos han gobernado. Militares y civiles. Oficialismo y oposición cómplice. Todos inútiles. Nuestro problema es político y, por lo tanto, la solución de fondo debe ser política en primer lugar. Sin políticos con Honor a los cuales el Pueblo quiera y pueda responder con Lealtad, todas las rimbombantes medidas y todos los cacareados planes económicos o sociales no pasaran jamás de ser emparches o espejismos. La única propuesta fundamentalmente valida es, pues, esta: Levantemos una Fuerza Política con la gente que realmente quiere a la Argentina y está dispuesta a jugarse por ella. Organicemos coherentemente la Voluntad de esos hombres y mujeres y llevemos esa Voluntad al Poder. Y, después, con ese Poder, esa Voluntad y con nuestra mejor capacidad, construyamos una Argentina de la que podamos sentirnos orgullosos.

La propaganda del sistema no puede ocultar la realidad. No podrá convertir estos más de 30 años de calvario en 30 años de felicidad. No podrá evitar que veamos la amarga realidad en que nos encontramos y que nos permite afirmar que la democracia liberal no es un régimen de libertad sino de esclavitud. Este sistema se impuso en Caseros por las armas del imperialismo extranjero. Un sistema que a través de la ficción de la soberanía popular gobierna el capitalismo financiero. Este capitalismo financiero es dinero que da dinero. No es necesario ser inteligente ni trabajador. Solo tener plata y carecer de moral.

Tenemos la Verdad, pero el enemigo tiene el Poder. Entonces tenemos que luchar para que nuestra verdad, que es la Verdad del Pueblo Argentino, se haga Poder para abatir a nuestros opresores. Para eso solo hay un camino: la lucha sin tregua. Para la lucha se necesita Voluntad y nosotros la tenemos. Tenemos la Voluntad de Poder, la voluntad de sacrificio y la voluntad de Victoria. ¿Quién dijo que murió la Patria de Rosas? ¿Quién dijo que ya no hay mas patriotas ni montoneras? Solo falta aguzar el oído para sentir el galope y los gritos de guerra. Pronto veremos nuevamente las tacuaras en alto. Los nacionalistas somos los únicos que levantamos la bandera de la abolición de la tiranía del interés del dinero. Conseguiremos ese objetivo cueste lo que cueste. Reivindicando las “Siete Virtudes del Militante Nacionalista” que son: Fe, Disciplina, Lealtad, Solidaridad, Discreción, Paciencia y Alegría. Queremos abrir las fabricas y cerrar los bancos. Queremos que el Trabajo sea la medida de todas las cosas. Así como el comunismo se cayo como una manzana podrida, el liberalismo burgués se desmorona. No solamente en la Argentina, sino en todo el mundo. Y cuando el liberalismo caiga, temblará el mundo. Cuando el comunismo cayó hace 15 años, hizo ruido, pero no tanto, ya que el comunismo no dominaba la economía y las finanzas mundiales. Fue una caída espectacular pero solo conmovió la estructura política de los países del Este europeo. Cuando el Capitalismo caiga –en todo el mundo- decenas de miles de fabricas, empresas y negocios cerraran automáticamente expulsando a millones y millones de trabajadores a la calle. Con las consecuencias inmediatas previsibles: desempleo, hambre, miseria. Y las posteriores: criminalidad, alcoholismo, prostitución, etc.

Por eso el Esclarecimiento es la primera etapa de la Liberación. Nuestros medios son ridículamente escasos, pero si proseguimos sin desmayos en nuestra tarea de esclarecimiento y cada vez mas personas advierten de qué manera burda y estúpida se les engaña, se conquistaran nuevos combatientes por la libertad argentina y esta empresa aparentemente sin esperanza se convertirá en un éxito rotundo. En consecuencia, si el esclarecimiento es la primera etapa de la liberación, todos nosotros debemos ser los difusores incansables de la Verdad. En el seno de nuestra familia, entre nuestros amigos personales, ante los simples conocidos, en la oficina o en la fabrica, en la escuela o en la universidad. El Esclarecimiento deber propagarse como un incendio. Pero la Verdad debe ser dicha integralmente, ya que la Verdad a medias es Mentira.

Fuera pues, los cautelosos propagandistas. Ha llegado la hora de los imprudentes.


jueves, agosto 19, 2010

MONIZ: La importancia estratégica de América del Sur en la política exterior de Brasil: VIGENCIA DE SUS OBJETIVOS GEOPOLÍTICOS.

Fotografía del Profesor LUIS MONIZ BANDEIRA.
Moniz-Bandeira@t-online.de,




A CONTINUACIÓN TRANSCRIBIMOS EL ARTÍCULO GEOPOLÍTICO DEL Profesor LUIS MONIZ BANDEIRA QUE MUESTRA UN COMPLETO PANORAMA DE LA GEOPOLÍTICA PERMANENTE DE BRASIL.
EN EL PROLOGO DESTACAMOS LOS ASPECTOS ESENCIALES DE ESTE PANORAMA GEOESTRATÉGICO.

LA PERMANENTE IMPERIALIDAD DE BRASIL:
VIGENCIA DE SUS OBJETIVOS GEOPOLÍTICOS.

Al hablar de Brasil como potencia mundial, este artículo de LUIS MONIZ BANDEIRA pone de relieve que EL IMPERIO PORTUGUÉS SIGUE EXISTIENDO HOY DÍA CON EL NOMBRE DE BRASIL: EL VERDADERO PORTUGAL POLÍTICO SE LLAMA BRASIL.
No ha faltado quien llame a Brasil “la Rusia Tropical”.
En palabras del profesor Luiz Moniz Bandeira, autor de este artículo: “Al separarse de Portugal, mantuvo, sin ruptura de orden político, un aparato burocrático-militar capaz de defender la vasta extensión de su territorio e imponer, tanto interna como externamente, los intereses de su elite dirigente, debido al hecho de que no era un simple sucesor del Estado portugués. Era el propio Estado portugués, que se había trasladado hacia América del Sur, se había ajustado a las condiciones económicas y se había amoldado a la estructura social de la colonia, pero había conservado su contexto institucional, asentada en el dogma de soberanía y una indivisible de la Corona, la jerarquía, las leyes civiles, los métodos administrativos, el estilo político, el instrumental bélico y diplomático, con experiencia internacional, y el vicio de potencia.”
Un gran objetivo geopolítico de Brasil como potencia ha sido impedir que toda potencia extraña se inmiscuyese en la Amazonía, de tal manera que nadie pusiese en duda su liderazgo amazónico.
Otro objetivo de la estrategia política de Brasil, de más vasto alcance que el anterior, ha sido el impedir que Estados Unidos subsumiese definitivamente a Latinoamérica como “su territorio económico y a su área de influencia político-militar“, realizando –a través de la imposición del ALCA- “su designio histórico de incorporación subordinada de América Latina a” los mismos Estados Unidos (en palabras del diplomático brasileño Samuel Pinheiro Guimaraes, 1987).
Esto lleva a Ytamaratí (la cancillería brasilera) a privilegiar el concepto de América del Sur antes que el de América Latina (considerando implícitamente que Mexico, Centroamérica y el Caribe son un área semi-perdida, sometida demasiado a la irradiación geopolítica de Estados Unidos).
En este mismo doble sentido (mantener alejadas a potencias extrañas de la Amazonía y evitar que Sudamérica fuese incorporada a la esfera norteamericana como un patio de maniobras de sus tropas) hay que entender el rechazo a aceptar la intervención militar de USA en Colombia (destinada oficialmente a combatir el narcotráfico y a las FARC).
Aún contando con la suficiente extensión territorial, población, potencial económico y fuerza militar como para ser respetada como potencia regional, la inteligencia geopolítica de Brasil sabe que no puede catapultarse como una de las potencias mundiales sin el concurso de Sudamérica y para lograr este concurso apuesta a contar con el apoyo de Argentina para articular el eje que vertebre LA UNIÓN DE NACIONES SUDAMERICANAS. Y la consecución de este objetivo prioritario de la geopolítica brasileña implica, entonces, que SEA SUDAMÉRICA –COMO UN BLOQUE POLÍTICO, ECONÓMICO Y MILITAR LIDERADO POR BRASIL- QUIEN SE PERFILE COMO UNA DE LAS POTENCIAS MUNDIALES EN EL CONTEXTO DE MULTIPOLARIDAD QUE SUCEDA A LA ACTUAL HEGEMONÍA UNIPOLAR DE ESTADOS UNIDOS.

Petras Petrus Depetris.



Brasil como potencia regional:

La importancia estratégica
de América del Sur
en su política exterior*

por el profesor Luiz Moniz Bandeira

Extensión territorial, poder económico y poder militar son tres factores que deben ser considerados para calificar a un país como potencia y comprender su posición jerárquica entre Estados. Estos son los factores que permiten a un Estado actuar independientemente e influir sobre otros Estados y, por lo tanto, determinar en que condiciones se expresa como potencia regional internacional. Un Estado, que dispone de potencial económico, fuerza militar y extensión territorial (asumiendo, por supuesto, que su población se corresponda al espacio que ocupa), puede tornarse hegemónico, el líder y el guía de un sistema de alianzas y acuerdos de variado alcance.



Para contar con todos los factores que garantizan la seguridad de victoria, tanto como sea posible de prever, es necesario que el Estado tenga capacidad de ejercer presión diplomática, i. e., capacidad para obtener parte de lo que podría ser el resultado de una guerra victoriosa sin necesidad de combatir realmente. Asimismo, la paz interna, como reflejo del ejercicio eficiente de los grupos sociales y de su función interna hegemónica, es indispensable, si el Estado pretende ser una potencia internacional. En otras palabras, como ponderó Kart W. Deutsch, el potencial del status de poder es una simple estimación de los recursos materiales y humanos que pueden ser usados para prever cuánto éxito podrá tener un país en una disputa contra otro país, si usa sus recursos como ventaja. De acuerdo con Deutsch, un país tendrá tantas más condiciones de afirmarse como potencia cuanto más extenso sea y cuanto más numerosa sea su población y los recursos que puede movilizar para la consecución de una política (57). Poder, pura y simplemente, es la habilidad de un actor de tener supremacía en un conflicto y superar los obstáculos, si usa con ventaja sus recursos.

Con más de 196 millones de habitantes (en 2007), la extensión territorial de Brasil es apenas un poco menor que la de los Estados Unidos continental, incluyendo a Alaska. Suma cerca de 8.514.215 millones de kilómetros cuadrados y su litoral se extiende por 7.367 kilómetros. Tiene 15.735 kilómetros (cerca de 8.000 millas) de fronteras, sin litigio, con todos los países de América del Sur (excepto Ecuador y Chile). Y dentro de este vasto territorio, sus recursos naturales son abundantes: tierras fértiles para la agricultura, reservas inmensas, yacimientos de hierro y otros minerales metálicos, uranio, biodiversidad, enormes reservas de agua y recursos hidroeléctricos. Y, de acuerdo a las estimaciones de Asociación Brasileña de Geólogos de Petróleo (ABGP), los campos descubiertos en la Cuenca de Santos, litoral del Estado de S. Paulo, contienen 33 mil millones de barriles, lo que cuadruplica las reservas de petróleo de Brasil de 13 mil millones de barriles (comprobados) a cerca de 46 mil millones de barriles. Solamente en el campo de Tupi (litoral de Santos) hay cerca de 5 a 8 mil millones de barriles. Los datos son todavía muy imprecisos, pero según Stephanie Hanson, del Council on Foreign Relations, el volumen de petróleo en la capa pretsal, que probablemente se extiende por 800 kilómetros, desde Espíritu Santo, norte de Río de Janeiro, a Santa Catarina, debe ser del orden de 70 a 100 mil millones de barriles, además del gran volumen de gas. El Producto Bruto Interno de Brasil (PBI), según la paridad del poder de compra, utilizado por el Banco Mundial, era en 2007 del orden de U$S 1,849 trillón, más de tres veces mayor que el de Argentina, estimado en U$S 526 mil millones (2005), mayor que el de Canadá, calculado en U$S 1,271 trillón (est. 2007), que el de México, U$S 1,353 trillón (2007 est.), que el de España U$S 1,361 trillón, (est. 2007), igual al de Italia U$S $1,8 trillón, (2007 est.), un poco menor que el de Francia U$S 2,075 trillones, (2007 est), que el de Rusia U$S 2,097 trillones, (2007 est.) y del Reino Unido U$S 2,13 trillón, (2007 est.).



No sin razón, ya en 1976, al ser interpelado, en el House Foreign Affairs Commitee, si los Estados Unidos habían elevado a Brasil al status de potencia mundial, por haber firmado los dos países un acuerdo de consulta, Henry Kissinger, entonces secretario de Estado en la administración del presidente Gerald Ford (1974-1977), replicó:



“(...) This agreement does not make Brazil a world power. Brazil has a population of 100 million, vast economic resources, a very rapid rate of economic development. Brazil is becoming a world power, and it does not need our approval to become one, and it is our obligation in the conduct of foreign policy to deal with the realities that exist”.



La percepción de Kissinger en cuanto al papel que Brasil desempeñaba o pretendía desempeñar tenía fundamento histórico. Desde la segunda mitad del siglo XIX, Brasil se configuró como una potencia regional. Al separarse de Portugal, mantuvo, sin ruptura de orden político, un aparato burocrático-militar capaz de defender la vasta extensión de su territorio e imponer, tanto interna como externamente, los intereses de su elite dirigente, debido al hecho de que no era un simple sucesor del Estado portugués. Era el propio Estado portugués, que se había trasladado hacia América del Sur, se había ajustado a las condiciones económicas y se había amoldado a la estructura social de la colonia, pero había conservado su contexto institucional, asentada en el dogma de soberanía y una indivisible de la Corona, la jerarquía, las leyes civiles, los métodos administrativos, el estilo político, el instrumental bélico y diplomático, con experiencia internacional, y el vicio de potencia. De ahí el porqué, en 1854, el diplomático Martin Maillefer, ministro plenipotenciario de Francia en Montevideo, llamó a Brasil la “Rusia tropical”, que tenía “la ventaja de organización y perseverancia en medio de los Estados turbulentos y mal constituidos de América del Sur” .



Luego de la Guerra de la Triple Alianza con Paraguay, que comprometió gravemente las finanzas de Brasil, Argentina se consolidó como Estado nacional y, a pesar de que las economías de los dos países no compitiesen e, inclusive, se complementasen, sus relaciones se caracterizaron cada vez más por una fuerte rivalidad, generando tensiones y graves crisis, entremezcladas con esfuerzos de entendimiento y de cooperación, a lo largo de toda la primera mitad del siglo XX. A partir del final de la Segunda Guerra Mundial, con la implantación de la industria pesada, y particularmente con la implantación de la siderúrgica, el desarrollo de Brasil se disparó, mientras que la economía de Argentina, asentada sobre la agropecuaria, continuó dependiendo de las exportaciones de carne y cereales e importaciones de bienes de capital, cada vez más caras, para sustentar una industria con características livianas, de bienes de consumo.



Así, la expansión económica de Brasil, a partir de los gobiernos de los presidentes Getúlio Vargas (1951-1954) y Juscelino Kubitschek (1956-1961), tomó un enorme impulso y, luego de la crisis en la primera mitad de los años 1960, su PBI desde 1968 pasó a crecer a tasas del 9%, 10% y 11% a.a., contrastando con el relativo estancamiento de Argentina, lo que aumentó el desequilibrio de poderes cada vez más en América del Sur. Un siglo después, Brasil pudo entonces restablecer la hegemonía que mantuviera en la Cuenca del Plata, hasta 1876, cuando retiró las tropas del Paraguay, derrotado en la Guerra de la Triple Alianza.



La América del Sur en la política exterior de Brasil

Como destacó el embajador Samuel Pinheiro Guimarães, en su obra Quinhentos anos de periferia, América del Sur es la “circunstancia inevitable, histórica y geográfica del Estado y de la sociedad brasileña”. Y, con la intensificación de su desarrollo industrial, en los años 1950, Brasil, cyos intereses hasta entonces se concentraban en la Cuenca del Plata, se volvió cada vez más hacia los países de la región amazónica, o sea, hacia Bolivia, Perú, Ecuador, Venezuela, Colombia, Surinam y Guayana, cuya densidad demográfica, en el conjunto, representaba alrededor de la primera mitad de los años 80 del siglo XX un mercado del orden de 87 millones de habitantes, el equivalente al 61% de la población brasileña, esparciéndose hasta el Océano Pacífico y el Caribe. Era necesario abrir mercados para sus manufacturas y el comercio de la región amazónica con las repúblicas del Pacífico saltó de U$S 173 millones, en 1972, para U$S 2,3 mil millones en 1982. Y su fomento, apuntando a la integración y unificación de América del Sur, requería el desarrollo de esta inmensa región, la Amazonia, que separaba los mercados a ambas márgenes del Pacífico y del Caribe de los centros industriales de Brasil, situados en el litoral del Atlántico.

El desarrollo de la Amazonia dependía, entre tanto, de la cooperación con los países vecinos, por cuanto siete de las diez fronteras internacionales de Brasil se ubicaban casi integralmente en aquella región, sumando 12.114 km, lo que representaba cerca del 80% del total de su frontera terrestre. Así, con el propósito de incrementar el desarrollo entre fronteras, el Itamaraty, durante el gobierno del general Ernesto Geisel (1974-1979) emprendió las negociaciones, a cargo del embajador Rubens Ricupero, para la celebración, el 3 de julio de 1978, del Tratado de Cooperación Amazónica. Lo que inspiró la negociación de este Tratado, con características similares al Tratado de la Cuenca del Plata, fue posibilitar su ocupación de forma racional y evitar que potencias extrañas a la región se introdujesen en la Amazonia, bajo cualquier pretexto. Esta preocupación llevó al presidente João Batista Figueiredo a evitar que los Estados Unidos, en 1981, interviniesen en Surinam, de acuerdo a lo que el presidente Ronald Reagan pretendiera, para deponer al gobierno de Desiré Delano (Desi) Bouterse, bajo la argumentación de que iba a aproximarse políticamente a Cuba. Asumió la tarea de resolver el problema. Y lo consiguió.



Mercosur versus ALCA

El tema Mercosur/ALCA se tornó así el principal punto de las divergencias entre Brasil y los Estados Unidos, por albergar profundas contradicciones, en las cuales se entrelazaban intereses económicos, políticos y estratégicos. El ALCA no le convenía a los intereses de Brasil, que no estaba dispuesto a permitir, como lo hizo Argentina, que su parque industrial se desmantelase, se transformase en chatarra, bajo la nueva y devastadora reducción de aranceles, ni a soportar crecientes saldos negativos en la balanza comercial. El embajador Samuel Pinheiro Guimarães, que había sido uno de los encargados de las negociaciones de los acuerdos de integración Brasil-Argentina, en 1986/1987, cuando todavía era el consejero y jefe de la División Económica del Itamaraty, denunció el ALCA como parte de una estrategia de mantenimiento de la hegemonía política y económica de los Estados Unidos, “que realizarían su designio histórico de incorporación subordinada de América Latina a su territorio económico y a su área de influencia político-militar”, e insistió en que el gobierno brasileño debía abandonar los acuerdos para su implementación. “El ALCA conducirá a la desaparición del Mercosur” – advirtió.



Gran parte del empresariado brasileño también temía las consecuencias del ALCA, cuya implementación implicaría serios riesgos para la industria nacional. Y el presidente Fernando Henrique Cardoso, en medio de las crecientes dificultades generadas, dentro del Mercosur, por la desvalorización, en 1999, de la moneda brasileña, el real, reavivó el concepto de América del Sur, que el proyecto de ALCSA consustanciaba y había sido eclipsado durante su primer mandato (1995-1999). La ampliación del comercio con los países de América del Sur implicaba, sin embargo, una serie de proyectos y el presidente Fernando Henrique Cardoso convocó a una reunión de cúpula de los jefes de Estados de América del Sur, realizada en Brasilia, durante los días 31 de agosto y 1° de septiembre de 2000, con el objetivo de discutir la integración regional, fundamentalmente las interconexiones energética y vial. El plan tendría financiamiento del BID y de CAF (Corporación Andina de Fomento) y México se mostró contrariado por no haber sido invitado, imaginando que se trataba de una maniobra con la intención de aislarlo. Fernando Henrique Cardoso mandó hacer ver al gobierno mexicano que el plan de interconexiones no podría llegar a América del Norte, no había cómo, de modo que por este motivo la presencia de México no había sido considerada. Para dirimir cualquier duda en este sentido, invitó para la reunión al Ministro de Relaciones Exteriores de México, Jorge G. Castañeda, en calidad de observador. Pero, evidentemente, la disculpa era apenas una verdad a medias, pues no podía explicar los objetivos políticos implícitos en la convocatoria de la cúpula de Brasilia.



Estos objetivos quedaron en evidencia en un artículo publicado en la prensa, en el cual Fernando Henrique Cardoso, antes de la reunión, definió el acontecimiento como de “reafirmación de una identidad propia de América del Sur como región”, donde la democracia y la paz abrían la perspectiva de una integración cada vez más intensa entre países que mantenían una relación de vecindad”. y resaltó:



“La vocación de América del Sur es la de ser un espacio económico integrado, un mercado ampliado por la reducción o eliminación de las dificultades y obstáculos al comercio, y por el perfeccionamiento de las conexiones físicas en transportes y comunicaciones”.



No se trataba, por lo tanto, de América Latina, sino de América del Sur, una región geográficamente definida, reconocida por los presidentes, en el Comunicado Conjunto, como una región con características específicas que la distinguían en el escenario internacional y en la que sus peculiaridades y la contigüidad geográficas creaban una agenda común de desafíos y oportunidades. Su cohesión constituía, también, un elemento esencial hacia una inserción más favorable en la economía mundial, de forma que pudiese convertir la globalización en un medio eficaz para ampliar las oportunidades de crecimiento y desarrollo de región y mejorar de forma sustentada y equitativa sus padrones de bienestar social, enfrentando los efectos desiguales generados para diferentes grupos de países, vis-à-vis sobre todo de América del Norte.



La Cúpula de Brasilia tuvo un carácter estratégico y avanzó en la posibilidad de integración, no sólo física, económica y comercial, sino también política, como el presidente Fernando Henrique Cardoso insinuó, al decir que era “el momento de reafirmación de una identidad propia de América del Sur como región donde la democracia y la paz abren la perspectiva de una integración cada vez más intensa entre países que conviven en un mismo espacio de vecindad”. Y la afirmación de esta “identidad propia”, diferenciada, por consiguiente, de América del Norte, era lo que preocupaba a Washington, según expresó Kissinger en su obra Does America Needs a Foreign Policy? Pero la integración política pasaba necesariamente por la perspectiva de integración del espacio económico de América del Sur, mediante el entendimiento entre “el Mercosur ampliado y la Comunidad Andina (CAN), con la aproximación creciente a Guayana y a Surinam”, de acuerdo a lo que señaló el presidente Fernando Henrique Cardoso, destacando:



“Un acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Comunidad Andina será la espina dorsal de América del Sur como espacio económico ampliado. Debe, por lo tanto, ser visto como un objetivo político prioritario”.



A propuesta de Brasil, se reconoció la necesidad de implementación de integración de América del Sur, a partir de la formación de un Área de Libre Comercio Sudamericana (ALCSA), iniciada en 1993, en épocas del gobierno del presidente Itamar Franco, que tenía como canciller al embajador Celso Amorim. Y la propuesta de integración regional no se limitó a los aspectos comerciales. Existió acuerdo sobre la necesidad de desarrollo de una Iniciativa para la Integración de Infraestructura Regional de América del Sur (IIRSA), que modernizase las relaciones y potencializase la proximidad sudamericana, rompiendo con los obstáculos fronterizos y formando un espacio ampliado a través de obras y articulaciones en las áreas de transportes, energía y comunicaciones.



El objetivo político prioritario, en la propuesta de integración del espacio económico de América del Sur, se evidenció aún más cuando Fernando Henrique Cardoso declaró que el “Mercosur es más que un mercado, el Mercosur es, para Brasil, un destino” – dijo el presidente Fernando Henrique Cardoso, en 2001, agregando que el ALCA era “una opción”, a la cual podría adherir o no. Y esta frase suya, expresando la continuidad esencial de la política exterior de Brasil, repercutió en los Estados Unidos , lo que llevó a Henry Kissinger a constatar que el Mercosur tendía a presentar las mismas tendencias manifestadas en la Unión Europea, que buscaba definir una identidad política europea no sólo diferente de la de los Estados Unidos, sino en manifiesta oposición a los Estados Unidos.



“Especialmente en Brasil, hay lideres atraídos por la perspectiva de una América Latina políticamente unificada confrontando a los Estados Unidos y al NAFTA” – resaltó Kissinger. Según observó, mientras el ALCA era concebido como una simple área de libre comercio, el Mercosur era una unión aduanera, allende fronteras, que tendría, por su naturaleza, aranceles más elevados hacia el mundo (arancel externo común) que entre los estados asociados, pretendiendo evolucionar hacia un mercado común, y eso no le convenía, porque, probablemente, afirmaría la identidad latinoamericana (sic) como separada y, de ser necesario, opuesta a los Estados Unidos y al NAFTA. “(...) Todo eso ha creado un potencial debate entre Brasil y los Estados Unidos sobre el futuro del Cono Sur” – reconoció Kissinger. En efecto, la diplomacia brasileña tornó la integración de América del Sur, la afirmación de su identidad propia, la condición previa para cualquier esfuerzo de integración hemisférica, tal como el que los Estados Unidos estaban proponiendo, con el proyecto del ALCA.



Conflictos en América del Sur

Brasil estaba ejerciendo de hecho el liderazgo de América del Sur, aceptado consensualmente por parte de los demás gobiernos de la región, dado su enorme peso económico, político y estratégico, sin pretensiones de hegemonía, respetando las particularidades de cada pueblo. Y la Segunda Reunión de Presidentes de América del Sur se realizó en Guayaquil, Ecuador, entre el 26 y el 27 de julio de 2002, cuando fue aprobado el “Consenso de Guayaquil sobre Integración, Seguridad e Infraestructura para el Desarrollo”, manifestando el propósito de construir “un futuro de convivencia fecunda y pacífica, de permanente cooperación” y declarando “América del sur como Zona de Paz y Cooperación”. La turbulencia social, política y militar en los países andinos dificultaba, sin embargo, la consecución de tal objetivo y preocupaba a Brasil. El 26 de enero de 1995, el conflicto armado entre tropas de Ecuador y de Perú, en una frontera conflictiva en torno del río Cenepa, había perturbado la paz de la región. El presidente Fernando Henrique Cardoso actuó en el sentido de obtener el cese del fuego, llevando a los dos países, después de esporádicos combates, a firmar un acuerdo, en Brasilia, bajo los auspicios de los cuatro Estados garantes del Protocolo de Río de Janeiro, de 1942 - Argentina, Brasil, Chile y Estados Unidos. Brasil ejerció el liderazgo en el proceso de Paz entre Ecuador y Perú y el Ejército brasileño, en Misión de Observadores Militares Ecuador -Perú (MOMEP), fiscalizó en la región del río Cenepa, frontera entre los dos países, el cumplimiento del acuerdo.



Brasil también intervino, diplomáticamente, para evitar que la crisis política, en Paraguay, en abril de 1996, resultase en un golpe militar, después que parlamentarios, vinculados al general Lino Oviedo, votaron contra el proyecto de ley para construir un segunda puente entre Paraguay y Brasil, lo que impidió a las empresas del presidente Juan Carlos Wasmosy obtener la concesión de las obras. Wasmosy decidió entonces pasarlo a retiro y Oviedo, en rebeldía, se atrincheró en su unidad, amenazando derramar sangre si la medida no fuese revocada.



La crisis solamente no culminó con la quiebra de legalidad constitucional, debido a la interferencia de los embajadores del Mercosur (Argentina, Brasil y Uruguay), de los Estados Unidos y del propio secretario ejecutivo de la OEA, César Gaviria, que negociaron un acuerdo, mediante amenazas de boicot y aislamiento económico y político de Paraguay, así como del congelamiento de su participación en el Mercosur y otras sanciones punitivas: Oviedo no fue apresado y presentó voluntariamente el pedido de pasar a retiro.



De cualquier manera, Brasil no estaba dispuesto a permitir un golpe de estado en Paraguay y contaría con el respaldo de Argentina y de Uruguay, dado que la ruptura de la democracia política sería intolerable dentro del Mercosur, así como en términos del Grupo del Río y de nueva concertación en el hemisferio. El compromiso con la democracia, o sea, la llamada “cláusula democrática” del Mercosur, estaba implícito en el Tratado de Asunción, tanto que Brasil y Argentina, desde la Declaración de Iguazú, en noviembre de 1985, nunca cesaron de reiterar la adhesión a los principios democráticos, como fundamento de cooperación y de integración, no sólo en términos bilaterales, sino también con respecto a los demás países de América del Sur. El Foro de Consulta y Concertación Política del Mercosur (FCCP) dio un gran énfasis a la implementación de la llamada “cláusula democrática”, lo que llevó a la adopción del Protocolo de Ushuaia por parte de los países del Mercosur y Bolivia y Chile. La preservación de la democracia en Paraguay continuó, sin embargo, constituyéndose en la gran preocupación de Brasil. Poco después de controlada la crisis, Fernando Henrique Cardoso, en junio de 1996, visitó Asunción, con la intención de reiterar el respaldo al orden constitucional, y en el mismo año los presidentes de los cuatro países integrantes del Mercosur firmaron una declaración, asumiendo el compromiso de consultarse y aplicar medidas punitivas, dentro del espacio normativo del bloque, en caso de ruptura o amenaza de ruptura del orden democrático en algún estado miembro.



La débil democracia instalada en Paraguay, luego de la caída de la dictadura del general Alfredo Stroessner, en 1989, continuó, sin embargo, bajo la amenaza de colapso, al intensificarse la lucha por el poder dentro del propio Partido Colorado, que todavía controlaba más del 80% del aparato del Estado. Condenado a 10 años de prisión, por comandar la rebelión militar de 1996, el general Lino Oviedo no pudo competir por la sucesión del presidente Juan Carlos Wasmosy, pero Raúl Cubas, que lo sustituyó como candidato del Partido Colorado, venció la elección, con el slogan “Cubas en el gobierno y Oviedo en el poder”, y le concedió el indulto, cinco días después de asumir el gobierno, en agosto de 1998. El asesinato de Luis Carlos Argaña, el principal adversario del presidente Raúl Cubas, que se opusiera a la liberación de Oviedo, desencadenó la grave crisis política, en medio de choques callejeros, y una vez más, los jefes de gobierno de Brasil y de Argentina tuvieron que intervenir, amenazando aislar a Paraguay económica y políticamente y apartarlo del Mercosur, de conformidad con la cláusula democrática del Tratado de Asunción en caso de que se consumase un golpe de estado. Esta advertencia la escuchó Raúl Cubas directamente de Fernando Henrique Cardoso, que le aconsejó renunciar a la presidencia, antes de que la crisis se agravase y produjese la ruptura de la legalidad, y percibió que no estaba en condiciones de resistir, dado que Brasil absorbía cerca del 30% de las exportaciones de los productos Paraguayos, como algodón y soja, y esta dependencia llegaba a alcanzar al 70%, considerando el total estimado de sus re-exportaciones. Así, el 28 de marzo de 1999, víspera de la decisión del Senado sobre el impeachment, Cubas Grau renunció a la presidencia de Paraguay y se asiló en Brasil, luego de que Oviedo partiera hacia Argentina, donde el presidente Carlos Menem le dio refugio. Entre tanto, ocurrió otro intento de golpe, en la madrugada del 18 para el 19 de mayo de 2000, cuando integrantes del Primer Cuerpo del Ejército, teniendo como epicentro la primera División de Caballería, y de la Policía Nacional, promovieron la Operación Aratirí (rayo en el idioma guaraní), cuestionando la legitimidad del presidente Luis González Macchi e invocando el derecho constitucional a la rebelión. Los insurgentes, luego de ocupar las instalaciones de algunos medios de comunicación, pretendieron dirigirse hacia el Congreso, sin embargo la Marina y la Fuerza Aérea se declararon leales al gobierno y sofocaron el levantamiento, sin encontrar resistencia.



La guerra civil en Colombia constituía otro foco de inestabilidad, que preocupaba a Brasil, debido, sobre todo, a la posibilidad de una intervención militar, efectuada o articulada por los Estados Unidos. El Plan Colombia, lanzado por el presidente Bill Clinton un día antes de la Reunión de los Presidentes de América del Sur, en Brasilia, preocupó al gobierno brasileño, dado que circunscribía el conflicto exclusivamente en su dimensión armada, destinando más de U$S 1,2 mil millón – cerca del 80% de los U$S 1,3 mil millón prometidos por los EE.UU. – a la compra de material bélico, inclusive aviones, 30 helicópteros tipo Black Hawk y 33 tipo Huey, por parte del Ejército colombiano, y apenas U$S 238 millones a la promoción de los derechos humanos y al refuerzo de la democracia y del sistema judicial. Él había sido concebido como una estrategia de guerra, y todo indicaba que los Estados Unidos repetirían la táctica usada en Kosovo, bombardeando intensamente las regiones dominadas por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), junto con la aspersión de agentes biológicos sobre los cultivos de coca, dado que una intervención por tierra en las provincias de Caquetá, Putumayo, en la Amazonia colombiana, costaría muchas pérdidas de vida.



Brasil temió el impacto que la ejecución del Plan Colombia produciría sobre su territorio, llevando guerrilleros o militares colombianos a invadirlo, y temió que hongos (Fusarium orysporum) u otras armas químicas y biológicas, eventualmente empleadas por los Estados Unidos, para destruir las plantaciones de coca, contaminasen los ríos de la Amazonia. A su entender, no se podía vincular la necesidad de combatir el negocio de las drogas con el problema de la insurgencia, que era de competencia interna de Colombia y debía ser políticamente resuelto, aunque esta posición no significase simpatía por ninguna solución tendiente a ceder a las FARC y al ELN las zonas conquistadas, por implicar una renuncia del estado colombiano a la soberanía sobre su territorio. Entre tanto, el gobierno brasileño consideraba que la vía militar, como los Estados Unidos proponían, no resolvería la crisis y se rehusó terminantemente a permitir la utilización de cualquier base u otras instalaciones militares en su territorio para operaciones en Colombia.



A partir del final de los años 90, las relaciones de Brasil con Venezuela, donde Hugo Chávez ascendiera al gobierno, tendieron a estrecharse cada vez más. En la Cúpula de las Américas, en Quebec entre el 20 y el 22 de abril, Hugo Chávez se alineó con Fernando Henrique Cardoso, en las críticas al ALCA, y compareció a la reunión de Cúpula del Mercosur, realizada en Asunción, el 21 y 22 de junio, cuando formalizó el pedido para el ingreso de Venezuela en el Mercosur y, haciendo alusión a lo que Fernando Henrique Cardoso dijera de que el “ALCA es opción y nuestro destino es el Mercosur”, concluyó en que “este es nuestro destino, el sur, la Cruz del Sur”. En los primeros años de la década de 2000, la situación se agravó, sin embargo, en casi todos los países de América del Sur. El proceso de paz fracasó en Colombia, donde los Estados Unidos profundizaron su intervención en la lucha contra las FARC, no precisamente para combatir el narcotráfico, sino, sobre todo, a fin de garantizar el flujo del petróleo, que salía de allá y de Ecuador. Y, en diciembre de 2001, Argentina entró en colapso financiero, bancarrota, en medio de una dramática convulsión social y crisis política tan profunda que llevó a Fernando Henrique Cardoso a advertir al presidente George W. Bush sobre el peligro de una ruptura institucional, en caso de que el gobierno de Eduardo Duhalde no recibiese ayuda internacional. También en Ecuador la situación se configuró inestable y los indígenas, en febrero de 2002, anunciaron que realizarían nuevas manifestaciones de masas, en Quito, contra las privatizaciones promovidas por el gobierno de Gustavo Noboa con el propósito de protestar contra el no cumplimiento del acuerdo que puso fin al levantamiento, a comienzos de 2001.



Venezuela, con la cual Brasil trataba de estrechar su relacionamiento, comenzó a enfrentar crecientes dificultades políticas, fomentadas por la CIA, DIA y otras agencias de los Estados Unidos. Del 11 al 12 de abril de 2002, en Venezuela tres generales aprehendieron al presidente Hugo Chávez, lo llevaron para el Fuerte Tiuna, y el general Lucas Rincón Romero, jefe del Estado Mayor del Ejército de Venezuela, anunció su renuncia a la presidencia de la República. Pedro Carmona Estanca, presidente de Fedecámaras, asumió el gobierno de Venezuela, con el apoyo de los medios de comunicación y el respaldo no tan encubierto de la administración del presidente americano George W. Bush, que se disponía a reconocerlo. Y a fin de facilitar esta decisión, dado que la Carta Democrática Interamericana condenaba cualquier ruptura de la legalidad, Phillip Chicola, funcionario del Departamento de Estado, pidió, el día 12, que la transición conservase las formas constitucionales, o sea, que la Asamblea Nacional y la Corte Suprema aprobasen la renuncia de Chávez y nuevas elecciones, con observadores de la OEA, fuesen convocadas dentro de un plazo razonable. La maniobra, sin embargo, fracasó. Mientras las capas más pobres de la población, favorables a Chávez, ocupaban las calles de Caracas, saqueando las tiendas, extendiéndose la agitación por las ciudades de Guarenas, Los Teques, Coro y Maracay, la brigada de paracaidistas, comandada por el general Raúl Baudel, así como otros regimientos se sublevaron contra la presidencia de facto de Pedro Carmona.



Al no tener condiciones internas de sustentarse, apenas respaldado por las clases medias y altas, el gobierno de coalición empresarial-militar, emanado del golpe del 11/12 de abril, se enfrentó además con enormes dificultades externas para su reconocimiento. El Grupo de Río, que realizaba en Costa Rica la XVI Cumbre presidencial, reprobó rápidamente la ruptura del orden constitucional en Venezuela y solicitó al embajador César Gaviria, secretario-general de la OEA la convocatoria urgente del Consejo Permanente, de acuerdo con el Art. 20 de la Carta Democrática Interamericana, aprobada en sesión plenaria del 11 de septiembre de 2001, incorporando la resolución AG/RES. 1080 (XXI-O/91). El tema había sido planteado en primer lugar por parte de Brasil y los embajadores en la OEA aprobaron una resolución, en la que condenaron “la alteración del orden constitucional en Venezuela”.

Solamente frente a la actitud de todos los demás estados de la región, inclusive México y Canadá, de repudiar el golpe contra el gobierno de Hugo Chávez, la delegación de los EE.UU. se resignaron a suscribir la moción de la OEA. Pero recién lo hicieron el sábado, 13 de abril, cuando las manifestaciones de masas habían obligado a Carmona a renunciar y Chávez retornó al poder.



Unión de Naciones Sudamericanas

La crisis en Venezuela no cesó. Y Brasil tuvo una actuación aún más decisiva, apuntando a asegurar la estabilidad en Venezuela, en diciembre de 2002, cuando el gobierno de Fernando Henrique Cardoso, con el aval del presidente electo Luiz Inácio Lula da Silva, decidió vender al gobierno del presidente Hugo Chávez un navío petrolero con 82 millones de litros de combustible para enfrentar el desabastecimiento provocado por la huelga de los trabajadores de Petróleo de Venezuela SA (PdVSA) y evitar su desestabilización. A pesar de las críticas, por parte de la oposición en Venezuela, a la cual le había desagradado la iniciativa de Brasil, el gobierno de Lula, enseguida que fue inaugurado, intentó intermediar una solución pacífica para la crisis y envió a Caracas al profesor Marco Aurélio Garcia, asesor de Asuntos Internacionales del Presidente. Brasil tenía inversiones en Venezuela, intereses económicos, políticos y estratégicos, y no podía permitir la desestabilización del gobierno de Chávez, que había sido electo dos veces y había obtenido el 60% de los votos, según destacó el presidente Lula. Y de ahí el porqué propuso la formación de un grupo de amigos de Venezuela (no sólo de Chávez) con la participación de los Estados Unidos y de España, coordinado por el secretario-general de la OEA, César Gaviria, con la finalidad de intermediar una solución pacífica, legal y constitucional para el impasse que perduraba hacía varios meses.



El presidente Lula, desde el inicio de su mandato, demostró que su política exterior trataría de robustecer la asociación estratégica con Venezuela y profundizar los vínculos con Argentina, su principal socio en el Mercosur, y que la integración de América del Sur era su prioridad número uno. Él entendió que la base económica y no exclusivamente política debería propagar el liderazgo de Brasil en América del Sur y que éste exigía el aumento de los intercambios comerciales, en el contexto de un comercio regional más equilibrado. El Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), bajo la dirección del profesor Carlos Lessa, desempeñó un importante papel en el cumplimiento de esta política. Fue abierta una línea de crédito para financiar la venta al mercado brasileño de máquinas, componentes y piezas fabricadas en el Mercosur, en especial en Argentina, al mismo tiempo en que se preveía dar un tratamiento similar a los del producto nacional en los financiamientos de la Finame bienes de capital fabricados en Argentina, Uruguay y Paraguay. El BNDES también aprobó un crédito de U$S 200 millones para la ampliación de un gasoducto en Argentina, con la construcción y montaje de la tubería, en un trecho de 508,85 kilómetros, expandiendo la capacidad de transporte de gas natural de la Compañía de Inversiones de Energía (Ciesa), ligada a la filial de Petrobrás (Petrobrás Energía S/A, ex-Pérez Companc), a través de los gasoductos General San Martín y Neuba II, y ampliando la oferta de gas natural y electricidad en la región del Gran Buenos Aires.



Igualmente con Venezuela, considerada uno de los pilares de la integración de América del Sur, Brasil trató de profundizar la asociación principalmente en el área energética. La Petrobrás y la PdVSA firmaron 15 acuerdos que incluían, entre otros proyectos, la explotación de gas y extracción de petróleo pesado, por parte de la industria brasileña, en la región del río Orinoco, y la construcción de una nueva refinería en Brasil, con una inversión prevista de cerca de U$S 2 mil millones, con capacidad para una producción diaria de entre 150.000 y 220.000. La entrada de Petrobrás en la explotación de gas en Venezuela rompió el monopolio virtualmente ejercido por las empresas de los Estados Unidos y de Europa y la Compañía Vale do Rio Doce proyectó constituir con la venezolana Corpozulia una empresa binacional, para la explotación de las reservas de carbón natural de Socuy, en Venezuela. Durante su visita a Caracas, Lula firmó con Chávez veinte acuerdos de cooperación e inversiones, que incluían la venta de 20 aviones militares, modelo Tucano, y créditos para la construcción del subterráneo de la ciudad, así como en el área de defensa y vigilancia de la Amazonia, donde se previó la posibilidad de realización de ejercicios conjuntos de los ejércitos de Brasil y de Venezuela. “La solución para la economía de Venezuela, de Brasil y de otros países de América del Sur no está en el Norte, más allá del océano, sino en nuestra integración” – dijo Lula. Estos acuerdos entre Brasilia y Caracas causaron, por cierto, la inquietud de Washington, que intentaba abusivamente aislar al gobierno de Hugo Chávez, por no subordinarse a sus designios.



El presidente Lula dio continuidad al proyecto de integración física y energética, elaborado en el gobierno de Fernando Henrique Cardoso, ampliándolo con la participación del BNDES. Sin embargo, explicitó y enfatizó aún más el proyecto de formación de una Comunidad Sudamericana de Naciones, creada en la Tercera Reunión de los Presidentes de América del Sur, el 8 de diciembre de 2004, en la ciudad de Cuzco (Perú), cuando fue firmada la Declaración de Cuzco por los presidentes y representantes de los 12 países de la región, i. e., los cuatro países del Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay), los cinco de Comunidad Andina (Venezuela, Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia), así como Chile, Surinam y Guayana. En dicha ocasión el presidente Lula anunció la construcción de la Ruta Interoceánica, que Brasil y Perú estaban implementando. Era mucho más que un proyecto bilateral. Interesa a todos los países de la región. Y, según declaró Lula, muestra que la Comunidad Sudamericana de Naciones, lo que estaba inaugurando, no era un mero ejercicio de retórica, pues expresaba el empeño de los países de la región en superar las distancias que aún los separaban.



Esta obra, la Ruta Interoceánica, con 1.100 kilómetros de extensión, uniendo el estado de Acre a los puertos peruanos de Matarani, Ilo y Maratani, en la región de Madre de Dios, en el sudeste peruano, apuntaba a posibilitar que Brasil alcanzase más fácilmente los mercados de Asia, a través del Pacífico, y llevar más de medio millón de turistas al sur de Perú, donde nació el imperio inca y están las ruinas de Machu Pichu. Ella había sido presupuestada en U$S 700 millones, U$S 417 millones (60%), financiados por Brasil por medio del Proex (Programa de Financiamiento a las Exportaciones, administrado por el Banco de Brasil), y por Perú (40%), con el apoyo de la Corporación Andina de Fomento (CAF). Además de la construcción de la Ruta Interoceánica se firmaron más de 31 proyectos de infraestructura para la región, lo que significaba, en principio, consolidar la agenda estratégica de integración física y energética que, desde hacía algunos años, estaba siendo definida.



El canciller Celso Amorim, en una entrevista otorgada a la prensa, resaltó que la Comunidad Sudamericana de Naciones, basada inicialmente en una área de libre comercio y en proyectos de infraestructura, iba a reforzar la capacidad de negociación de los países de la región, aumentando su poder de negociación vis-á-vis de los grandes bloques económicos, y admitió la posibilidad de que fuese a generar un proceso de integración similar al de la Unión Europea, objetivo estratégico de Brasil. Este proyecto, sin embargo, se enfrentaba con una situación bastante complicada en algunos países, como Ecuador , Bolivia y Perú, donde la turbulencia social y política no cesaba, más allá de las incertidumbres en el relacionamiento entre Colombia, instigada por los Estados Unidos, y Venezuela, y entre Chile y Bolivia, cuyo plan de exportar gas a trvés del territorio chileno había generado la crisis que terminó con la renuncia del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada (17/10/2003) y frente a cual Brasil decidió no involucrarse, directamente, como lo hiciera en el caso del golpe en Venezuela.



Esta conexión de Bolivia con Chile no le convenía virtualmente a la Petrobrás, que no sólo era su mayor compradora de gas, incorporándolo a la matriz energética de Brasil y aliviando el consumo de petróleo del parque industrial, sino que también se dedicaba a la explotación, distribución y comercialización del petróleo, a través de dos subsidiarias - Empresa Boliviana de Refinamiento y Empresa Boliviana de Distribución. Sus inversiones en Bolivia sumaban cerca de U$S 2 mil millones, entre 27 multinacionales que actuaban allá, con un peso equivalente a cerca del 10% del PBI boliviano. Y el fracaso de Washington en el intento de impedir la caída de Sánchez de Lozada, su protegido, permitió a Brasil conquistar una posición vital en la región. Impedida la salida del combustible hacia el oeste y congelado el proyecto de construcción del gasoducto, que uniría Tarija a Chile, las exportaciones de Bolivia debían volverse hacia el este, a través de un gasoducto de 3.150 kilómetros, trazado por la Petrobrás desde Santa Cruz de la Sierra, con ramificaciones hasta Canoas, en Río Grande del Sur, y capacidad para transportar 24 millones de metros cúbicos diarios, de los cuales cerca de 4 millones eran importados por Argentina, donde la Petrobrás había comprado la compañía petrolífera Pérez Companc. Cuando, sin embargo, la crisis volvió a agravarse, en los primeros meses de 2005, el gobierno de Lula, temiendo que el presidente Carlos Mesa fuese depuesto y se diese una quiebra institucional, buscó intermediar el conflicto entre el gobierno y Evo Morales, líder del Movimiento al Socialismo, al mismo tiempo en que defendía los intereses de la Petrobrás.



La victoria de Tabaré Vázquez, en Uruguay, en 2004 tendió a fortalecer la iniciativa para la consolidación de la Comunidad Sudamericana de Naciones. Los acuerdos en el sector energético, que los gobiernos sudamericanos estaban celebrando, cumplían una función estratégica hacia el proyecto de fortalecimiento de integración económica y política en el continente. Estaba previsto un acuerdo energético con Venezuela que permitiría a Uruguay recibir petróleo a un precio más barato, en parte pagado a través de una línea especial de crédito y el resto, con el suministro de carnes, lanas y lácteos. El acuerdo de cooperación energética, firmado el 2 de marzo de 2005, en Montevideo, donde la PdVSA programaba la apertura de una oficina, tenía como objetivo fundamental fortalecer los mecanismos de solidaridad, complementariedad y cooperación para dar respuestas a los problemas de ambas naciones, y se insertaba en el esfuerzo de creación de la Comunidad Sudamericana de Naciones. Más allá de los acuerdos con Brasil y Uruguay, Venezuela ya firmó convenios con empresas petroleras de Paraguay y de Argentina. Dando secuencia al proyecto de Venezuela de establecer acuerdos estratégicos con los países del Mercosur, el presidente Chávez investigaba estimular la formación de una empresa petrolera de los Estados sudamericanos, la Petrosur.



Era de incertidumbres y conflictos

Venezuela, a partir del final del gobierno de Fernando Henrique Cardoso, pasó a ocupar un papel relevante en la política exterior de Brasil, no sólo sirviendo de contrapeso para Argentina sino también conformando con ella el triángulo estratégico, en el proceso de integración de América del Sur, el establecimiento de una unidad económica y política entre los países de la región, condición necesaria e indispensable a una inserción equilibrada en el escenario internacional. Entre tanto, así como Alemania y Francia constituyeron la fuerza propulsora de la Unión Europea, Brasil y Argentina, desde los órigenes, configuraron los pilares básicos del Mercosur, el núcleo de la Comunidad Sudamericana de Naciones en construcción. Y la perspectiva era de que Argentina llevase adelante una política externa coherente, constante, una política externa de Estado, sin oscilar en función de los humores coyunturales, y funcionase como factor de aglutinación de los países hispano-sudamericanos, lo que ella estaría en condiciones de hacer, pero solamente respaldada y coligada con Brasil, lo que significaba unificar América del Sur.



Brasil iba a ejercer el liderazgo en una era de incertidumbres, en una región marcada por una creciente inestabilidad económica y política y tensiones militares, debido en gran medida a la presencia de los Estados Unidos, particularmente en Colombia, Ecuador y Bolivia. Brasil no admitía que el Estado colombiano se desintegrase, con las FARC controlando el 40% de su territorio, pero se rehusaba a confundir el combate al narcotráfico con la represión de la insurgencia, y veía con desconfianza la presencia de los Estados Unidos en las repúblicas del Pacífico, en la región de la Amazonia. De ahí el porqué procuró evitar que degenerase en un conflicto militar el incidente diplomático entre Colombia y Venezuela, por causa de la violación de su soberanía con la captura ilegal, posiblemente con la ayuda de la CIA, de un dirigente de las FARC en Caracas. La política de Brasil vis-à-vis de Colombia mantuvo la misma directriz, desde el gobierno de Fernando Henrique Cardoso, consustanciada en el apoyo al proceso de paz, que en verdad nunca avanzó, desde la presidencia de Andrés Pastrana (1998-2001), defensa de soberanía nacional y repudio a la intervención extranjera en los asuntos internos del país.



Además Brasil continuó condenando el embargo al que había sido sometida Cuba por parte de los Estados Unidos, desde 1960, en medio de presiones y amenazas contra el régimen de Fidel Castro. El presidente Lula, no obstante, visitó La Habana, en 2003, donde firmó 12 acuerdos de cooperación, inclusive para la explotación de Petróleo por parte de la Petrobrás, y rechazó las presiones internacionales para que intercediese por la libertad de presos políticos en Cuba. “No es buena política que un jefe de Estado se meta en asuntos internos de otro país. Voy a tratar los intereses de Brasil. No voy a aventurar opiniones en la política interna de otro país”, afirmó Lula en México. Posteriormente, apeló para que Castro entendiese que “Brasil puede ayudar a construir el proceso democrático en Cuba”, y reiteró la condena al embargo impuesto hace más de 40 años por los Estados Unidos, diciendo: “Tenemos mucho que hacer por la democracia en Cuba. Tenemos que ayudar en la lucha contra el embargo (económico impuesto por los norteamericanos hace cuatro décadas). Brasil tiene una chance de ayudar a dar normalidad en las relaciones de Cuba.” El asunto del régimen político en Cuba era lo que más dificultaba su acercamiento, según lo deseado por Fidel Castro, debido a la “cláusula democrática”.



Aunque contrariase la tradicional política exterior de no involucrarse militarmente en asuntos en el Caribe y en América Central, tradición ésta quebrada apenas cuando el presidente, general Humberto Castelo Branco, también envió una tropa hacia Santo Domingo, en 1965, el gobierno de Lula decidió despachar un contingente de 1.100 soldados hacia Haití, también como fuerza internacional de paz (integrada por americanos, franceses, canadienses y de los países del Caribe), de acuerdo con la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, con la misión de estabilizar el país luego del derrocamiento del presidente Jean-Bertrand Aristides, con el velado apoyo de los Estados Unidos, como todo lo indicaba. Esta controvertida iniciativa provocó fuertes reacciones internas, de izquierda del PT, de la CUT y del MST, por herir el principio de no-intervención en los asuntos internos de otros países, consolidado por la Constitución brasileña. Según los críticos, el hecho de que Haití hubiera sufrido un golpe de Estado, apoyado por los Estados Unidos, tornaba a cualquier tropa extranjera en Haití en una fuerza de ocupación y no como parte de una misión de paz de la ONU.



Consultado sobre la razón de tal iniciativa, el canciller Celso Amorim explicó que Haití era un país latino, con las mismas raíces culturales de Brasil y no le interesaba verlo convertirse en un narco-Estado. Lo que Brasil procuró, sin embargo, fue dar una demostración de que estaba dispuesto a ejercer un prominente papel internacional, por lo menos en el ámbito del hemisferio, y a fortalecer su posición de candidato a un lugar permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU. Este tema, el pretendido lugar en el Consejo de Seguridad de la ONU, era el que alimentaba un clima de desconfianza y fricciones entre Brasil y Argentina, reavivando una rivalidad residual que no tenía ningún sentido. En primer lugar, no había ninguna posibilidad inmediata de una reforma de la ONU, a pesar de que fuese necesaria, pues los cinco miembros permanentes, principalmente los Estados Unidos, no estaban dispuestos seguramente a dar el mismo poder de veto a otros países. En segundo lugar, evaluando el peso específico, tanto económico como político y estratégico, si América Latina fuese a tener dos representantes en el Consejo de Seguridad de la ONU, uno sería, forzosamente, Brasil, dado su status de potencia regional que continuaba insistiendo en la obtención de un lugar (prometido además por el presidente Franklin D. Roosevelt al presidente Getúlio Vargas, debido a su participación en la Segunda Guerra Mundial), con el objetivo de denunciar el congelamiento del poder mundial, su estratificación, favoreciendo apenas a cinco potencias, que detentaban capacidad nuclear.



La política exterior de México se confrontaba con la de Brasil, país con el cual no mantenía un tratado de libre comercio. México había aceptado la subordinación a los Estados Unidos y estaba contribuyendo para la desarticulación política de los países del Tercer Mundo en las negociaciones económicas multilaterales y regionales, y, reforzando las presiones internas neoliberales, trató de atraerlos hacia la órbita de los Estados Unidos, temiendo el aislamiento del resto de América Latina. Las negociaciones sobre libre comercio o acuerdos preferenciales bilaterales con algunos países latinoamericanos – como Colombia y Venezuela, para formar el entonces G-3 – y el amplio acuerdo México-Uruguay, sin resultados comerciales pero que creó serias dificultades para el Mercosur, fueron parte de una estrategia para preservar las preferencias comerciales que México usufructuaba en ALADI, y amortiguar las reacciones al cambio radical en la política externa mexicana y hasta para abrir camino hacia las futuras negociaciones del ALCA. El ejemplo de México posibilitó que otros gobiernos latinoamericanos aceptasen la propuesta de los Estados Unidos para negociar la creación del ALCA. Sin embargo, como el embajador Samuel Pinheiro Guimarães destacó, “la posición geográfica especial de México y el acceso (legal o ilegal) de su población al mercado de trabajo de los Estados Unidos, con las consecuentes remesas de dinero de los inmigrantes, no son válidas para otros países latinoamericanos”. Lo mismo se podía decir con respecto a los demás países de América Central y del Caribe, todos dependientes de los Estados Unidos, particularmente de las remesas de dólares, realizadas por sus nacionales que emigraron para allá. En tales circunstancias, no tenía el menor sentido pensar en unidad de una América Latina, separada no sólo por el Canal de Panamá, sino dividida efectivamente por intereses y vínculos económicos y factores geopolíticos en conflicto.



Lo que le convenía a Brasil, así como a Argentina, era conducir, de forma realista, la consolidación del Mercosur y la formación de la Comunidad Sudamericana de Naciones como un sistema económico y político unificado, dentro de un sistema mundial, fuertemente competitivo y violento, en que los Estados Unidos trataban de concentrar y congelar el poder mundial. El proceso de globalización siempre significó el creciente dominio de las mega-corporaciones americanas, el esfuerzo de modelar un nuevo tipo de Imperio, con la transformación de los ejércitos de los países neo-colonizados en fuerzas de policía, para defender los intereses del capital financiero y la dolarización de sus economías. No obstante, el sistema mundial tendía la evolucionar hacia la multipolaridad, a pesar de la supremacía coyuntural de los Estados Unidos. Y ni Brasil ni Argentina debían considerar esta supremacía como definitiva y aceptar el destino de provincias avanzadas del gran Imperio. La previsión del banco Goldman Sachs era la de que, alrededor del año 2025, las economías del grupo conocido como BRIC (Brasil, Rusia, India y China, juntas, representarían más de la mitad de la economía del G6, formado por Estados Unidos, Japón, Gran Bretaña, Francia, Alemania e Italia, tendiendo a suplantarla hasta el año 2050.



Brasil, al estimular, en la reunión de Cuzco, el lanzamiento de la Unión Sudamericana de Naciones, después denominada Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR), tuvo un objetivo estratégico, apuntando a tornarse, no precisamente él mismo, sino el conjunto de los países del sub-continente, una potencia mundial, no sólo económica, sino también política. Su dimensión excedía, por lejos, el carácter meramente comercial. Brasil no había abdicado del proyecto de tornarse una potencia mundial, sin embargo, había comprendido que la concreción de dicho objetivo pasaba por su integración con Argentina y, en una segunda etapa, con todos los demás países de América del Sur. La unión de Argentina y de Brasil no significaba una suma de dos países, sino una multiplicación de factores, como cierta vez el presidente Arturo Frondizi (1958-1962) resaltó. Y la unión de los demás países de América del Sur con Brasil y Argentina, en una comunidad económica y política, conformaría una gran potencia, con un enorme peso en el escenario mundial.



Se planteaba necesario, por lo tanto, crear un marco institucional, un organismo más amplio, para abarcar y agregar a todas las naciones de América del Sur que no participan plenamente del Mercosur, con el objetivo de promover la realización de varios proyectos de integración, no sólo económica y comercial, sino también de comunicación, infraestructura, transporte, energética, educacional, cultural, científica y tecnológica. La celebración del Tratado Constitutivo de la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) fue un hecho de gran significación histórica. La UNASUR pasó a tener una personalidad jurídica, con la forma de una organización internacional, con un Consejo de Jefes de Estado y de gobierno, un Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores y un Consejo de Delegados. Constituye un avance en el sentido de coordinación de políticas. Y dentro de este marco institucional debe concretarse el proyecto del Banco del Sur y del gasoducto desde Venezuela, pasando por Brasil, hasta Argentina. Dificultades, divergencias, contradicciones hay y siempre habrá, en virtud de la enorme asimetría que existe entre los países de América del Sur, principalmente entre Brasil y sus vecinos. No hay, sin embargo, ninguna perspectiva para los países pequeños a no ser unirse y formar un amplio espacio económico común, como forma de alcanzar una mejor inserción nacional.



Brasil constituyó, por si sólo, un enorme espacio económico, no obstante la asimetría existente entre los 26 Estados que lo componen. Adquiere un peso internacional mayor. Mayor, sin embargo, sería el peso de América del Sur integrada. Compuesta por doce Estados, dentro de un espacio contiguo, poseía, en 2007, una población total de 360 millones de habitantes, cerca del 67% de toda América Latina y el equivalente al 6% de la población mundial (6.706.993.152 - 2008 est.), con integración lingüística, pues la inmensa mayoría hablaba portugués o español, y detentaba una de las mayores reservas de agua dulce y biodiversidad del planeta, más allá de inmensas riquezas en recursos minerales, pesca y agricultura. Y no sólo su población era mayor que la de los Estados Unidos (303.027.571, est. 2008). Su territorio, cerca de 17 millones de kilómetros cuadrados, era el doble del territorio americano, con 9.631.418 kilómetros cuadrados. En tales circunstancias, la Unión de Naciones Sudamericanas, una vez unificada políticamente, con un PBI del orden de los U$S 3,5 trillones (para el cual Brasil contribuía con U$S 1,849 trillones (est. 007), puede representar una extraordinaria fuerza económica y política, como fue demostrado en 2008 en la crisis desencadenada por la tentativa separatista de Santa Cruz de la Sierra y demás departamentos de la Media Luna de Bolivia. Quedó en evidencia, así, su capacidad de influenciar y obtener importantes resultados en el sistema internacional, en el que prevalecerán los grandes bloques, constituidos por los Estados Unidos, la Unión Europea, Rusia, China e India.

Reproducido de LA ONDA® DIGITAL








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