El área nacional no está exenta de polémicas en su interior (¡no lo habremos da saber nosotros!), pero -sin que ello implique dejar de cantarlas claras con toda la dureza que haya menester- siempre ha de prevalecer el respeto entre quienes formen o hayan formado en sus filas, conservando un espíritu de camaradería.
Podrán "los caminos del señor" hacernos pasar por circunstancias contrapuestas a unos y a otros -incluso colocándonos en transitorias trincheras opuestas, pero la directriz íntima de cada cual ha de estar dada por el Ideal Nacional, por la Tradición que sigue viva en nosotros.
Enrique Zorrilla así lo hizo y recorrió un camino que no fué seguido por otros nacionales, pero lo importante es la medida en la que se vive y se realiza el Ideal Nacional.
PETRAS.
JUAN BRAGASSI HURTADO ES EL AUTOR DE ESTE TEXTO:
LA VIDA DE ENRIQUE ZORRILLA.
Quiero aprovechar esta instancia, que ofrece vuestro medio para el ejercicio de la libertad de expresión, para rendir un homenaje a don Enrique Zorrilla, fallecido reciente mente el pasado fin de semana en la ciudad de Santiago.
Enrique Zorrilla, nació en París el 3 de octubre de 1918, cuando toda una generación europea y americana encontraba la muerte en los campos de batalla, genocidio que hoy es denominado como “La Primera Guerra Mundial”.
En 1932, cuando era un adolescente, llega por primera vez a Chile e ingresa al poco tiempo como estudiante en el Colegio de los Padres Franceses, donde hace amistad con: Jorge Errázuriz, Nemesio Antúnez, Jorge Prat y Miguel Undurraga.
Ya en 1935,
ingresa a la carrera de Derecho en la Universidad de Chile, donde al poco tiempo es atraído por una joven agrupación política llamada Movimiento Nacional Socialista, organización que era encabezada por el abogado de origen judío Jorge González Von Mareés.
Allí conocerá entre otros a Tito Mundt, futuro Premio Nacional de Periodismo; Orlando Latorre, quien será Ministro del segundo gobierno del Presidente Ibáñez; y al entonces estudiante de medicina, Oscar Jiménez Pinochet, futuro Ministro del Presidente Salvador Allende, padre de nuestra actual Ministro de Educación.
Tras su participación, en el frustrado intento de conato del 5 de septiembre de 1938, el cual culmina con la masacre de estudiantes, empleados y obreros a manos de la policía en la Torre del Seguro Obrero, sale del país en forma clandestina a través de la cordillera, viviendo un corto auto exilio en Buenos Aires Argentina.
Ya en su madurez, se desempeña como Embajador en Alemania e ingresa a la Sociedad Científica de Chile, donde integra justo a Leopoldo Castedo, a mediados de los años 50s, una expedición historiográfica, cuyo resultado serán interesantes publicaciones, crónicas tituladas: “Historia de una Historia” y “América Destemplada”. También por ese período, filma dos documentales “La Diablada” y “Amerindia”.
Ingresa al parlamento como Diputado, desempeñándose ente los años 1965 y 1968, siendo Presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, donde brindará un importante respaldo a la política continentalista del Presidente Eduardo Frei Montalva.
En 1982, resume sus experiencias americanas en el ensayo histórico “La Gestación Latinoamericana”, por la cual le es otorgado el Premio Bolívar. Cofunda -con Jorge Barría, Tomás Pablo, Felipe Herrera y Pedro Godoy - el Centro de Estudios Chilenos CEDECH, donde brega por el pacífico término del conflicto del Beagle y apoya a Argentina en el conflicto de las islas Malvinas contra Gran Bretaña.
En 1987 publica “La Leyenda del Lago Como”, novela fantástica milenarista y en 1988 tras crear junto a Oscar Jiménez y Antonio Salinas “Ediciones Nuestramérica”, publica dos ensayos políticos: “La Nueva Emancipación” y “Masacre”, integrando a la vez el “Comité 5 de Septiembre” junto a otros ex nacistas y vanguardistas.
En 1996, Enrique Zorrilla publica el libro: “La Profecía Política de Vicente Huidobro” verdadero documento, obligatorio para comprender la importancia de la generación del 38, cuya presentación la hizo el destacado político socialista, historiador y dramaturgo Wilfredo Mayorga.
Aquejado de los malestares propios de su edad avanzada, Enrique Zorrilla va a volcar su vida al ámbito privado, hasta que un voraz incendio quema su departamento y afecta entre otros, al de su amigo de juventud y vecino Julio Martínez.
Trasladado por su familia a un sitio de descanso, vivió sus últimos años alejado de la agitada vida actual hasta este fin de semana, donde su espíritu, pasó a formar fila junto a la constelación de estrellas, de los jóvenes héroes de la Torre de la Sangre.
Mineros Chilenos
Hace 14 años.
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