La figura de nuestro amigo, camarada y maestro DON MIGUEL SERRANO marca no solo un modo de ser y de actuar sino que un camino para quien sueña y quiere vivir algo distinto a lo que impera en el mundo de hoy; su figura es trascendente en Chile no solo porque es el más importante de los escritores del país (aquel en el que la prosa y la poesía se funden en un supra genero literario) sino por su magna contribución al engrandecimiento del territorio nacional con el reconocimiento internacional logrado por él de que parte importante de la Antartida pertenece a Chile.
Y más allá de las estrechas fronteras, Don Miguel Serrano es el faro que desde Finis Terrae -y para todos los pueblos- ilumina la búsqueda del Santo Grial en la Ciudad de los Césares.
Es por ello que la revista que lleva este nombre dedica su último número, el 84, a ésta egregia figura, que habría merecido en vida los más altos reconocimientos si en el mundo imperase un orden justo. El, mucho más que otros, mereció recibir el Premio Nacional de Literatura y el Premio Nobel de Literatura. Pero ¿como podrían haberle dado esos premios si quienes los daban eran simples ratas funcionarias que respondían a intereses extra-literarios?
Por eso es que desde Los Documentos del Carteropetras proponemos auto-instituir el PREMIO POSTUMO DE LITERATURA confiriéndolo en primer lugar a Don Miguel Serrano Fernandez.
RESEÑA DEL NÚMERO 84 DE LA REVISTA CIUDAD DE LOS CÉSARES:
Velaron a Miguel Serrano Fernández los retratos de sus antepasados, la máscara sonriente de Shiva y la efigie de Aquél al que consagró su fidelidad en sus últimos años. A modo de compendio de las inquietudes vitales de este escritor de la atormentada Generación del 38; del hombre que buscó “las secretas huellas que conducen de los Andes a los Himalayas”; el diplomático exótico; el interlocutor de Hermann Hesse y de Carl Gustav Jung, el amigo de Jawaharlal Nehru y del Dalai Lama… El kshatriya que, de acuerdo a las leyes de su casta, pero también con juvenil desmesura, se entregó a los combates más terribles y solitarios del final de la Edad Obscura. El camarada pues, pero sobre todo el amigo; el amigo generoso y leal que era este chileno antiguo. (....)
En este número de Ciudad de los Césares E.R. analiza en “Espejo de desvertebración” los rumbos emprendidos por Bolivia, nación que geopolíticamente debería ser tan cercan a Chile. “Los callejones de la Globalización” son denunciados por Bernard Notin. Los terribles acontecimientos recientes, la guerra sin cuartel librada contra el pueblo palestino de Gaza y el más amplio contexto de la misma, motivan las observaciones que, desde sus propias perspectivas, se hacen Claude Bourrinet, en “Antes el keffieh que la kippah”, y Glenn Greenwald, en “Consenso unánime”. Se ha discutido la propiedad del concepto “imperio” cuando aplicado a la superpotencia global del día – ¿no es más bien emporio, que no imperio?-; sea como fuere, Renato Carmona alude a los obscuros trasfondos de un poder que se quiere global y último en la Historia, en “Noticias del Imperio”. Carlos Dufour propone “Criterios para el combate cultural”, indispensable reflexión para aquellos que en el terreno de las ideas pretenden oponerse a las potencias dominantes. En el coro del pensamiento único globalmente condicionado, y armado, al Estado –en el caso de las legislaciones liberticidas en varios países-, se suma, ahora, incluso la Iglesia; y si es así, se requiere especial coraje para permanecer en solitaria disidencia. Ese coraje es el que ha demostrado en una carrera puesta al servicio de la verdad Robert Faurisson, que en esta ocasión resume su trabajo y su método de historiador en “Mi método revisionista”. Las formas desviadas, contratradicionales, o incluso antitradicionales, son especialmente graves cuando de la Tradición se trata. En el terreno de una tradición religiosa específica Sergio Fritz aborda el tema del “Sufismo y pseudo-sufismo”. Por fin, como siempre, los Libros y Revistas: Seyyed Hossein Nasr (El corazón del Islam), C. Fernández Pardo y L. Frenkel (Perón. La unidad nacional entre el conflicto y la reconstrucción), Alfonso Alcalde (Ventura y desventura de Eduardo Molina), son presentados en esta ocasión al amable lector.
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