JUAN DIEGO DÁVILA, VIEJO LUCHADOR NACIONALISTA CHILENO, LLAMA A MANTENER VIVO EL FUEGO QUE INSUFLÓ A LOS CAÍDOS DEL SEGURO OBRERO.

RECOGEMOS DE LA REVISTA ALERTA AUSTRAL EL SIGUIENTE ARTÍCULO CONMEMORATORIO DE LA MASACRE DEL SEGURO OBRERO, DEL SACRIFICIO DE LA TORRE DE LA SANGRE.
(Se puende ver las fotos relativas a este artículo y otros temas del nacionalismo chileno de hoy en
http://www.alertaaustral.cl/ )

Conmemoran 70 años de la Masacre del Seguro Obrero



¡No importa camaradas,
nuestra sangre salvará a Chile!
Pedro Molleda


Por Ardes de Melimpa


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70 años se han cumplido de la Masacre del Seguro Obrero, acontecida el 5 de Septiembre de 1938, fatídica fecha para el alma del país, donde se llevó a cabo un horrible crimen ritual contra jóvenes desarmados y rendidos. Acribillados y asesinados a sangre fría, a sólo pasos del Palacio de la Moneda, en el centro de Santiago.


En recuerdo de los caídos aquél día, se ha instalado una placa en el monolito del Cementerio General de Santiago.

El periodista Luís Sánchez Latorre, “Filebo”, en un artículo titulado “Una antigua tragedia”, ha indicado la presencia de un misterioso civil -armado de una pistola- dando órdenes a los carabineros, con el fin de llevar a cabo el crimen. Y, hecho curioso, el responsable político de la gran tragedia, el entonces Presidente de la República, Arturo Alessandri Palma, se encuentra radiantemente inmortalizado en el frontis del Palacio de la Moneda, quizás como galardón por haber cumplido cabalmente la orden. Oportuno sería que las autoridades pertinentes desplazaran la imagen de tan funesto personaje para la Historia de Chile, ahora, que se conmemoran 70 años de la Masacre del Seguro Obrero.

PALABRAS DE JUAN DIEGO DÁVILA.

Y en estas horas oscuras, trágicas para el destino de un Chile que se destruye y sumerge en las olas del globalismo, recordemos las palabras de don Juan Diego Dávila, leal luchador:

Debemos buscar la unidad de las juventudes aquí concurrentes, leales a la causa de nuestros mártires, vigente hoy más que nunca.
Con un caballo de fuerza hacemos muy poco; ¡mil caballos derriban una montaña! Debemos decirles que se depuren algunas posiciones que carecen de trascendencia, que no caigan en personalismos que fraccionan la fuerza, una fuerza única, que debe ser compacta, recia en sus conceptos y en su acción, que demuestre realmente… que la tea quedó encendida.
Que se alce un movimiento joven que con vigor y entusiasmo exhiba un espíritu guerrero como el que hizo posible que Chile fuera y es, y que le permita sobrevivir como nuestros héroes del cinco lo anhelaron.
Yo los emplazo a todos.
En general, los diversos grupos que aquí se concentran vienen a rendir culto debido a los jóvenes que supieron morir por el ideal de Patria.
Pero esto no debe significar una conducta estática de veneración contemplativa que se conforma sólo con la recordación.
Que ellos les infundan su fortaleza, que los haga voceros insobornables, resueltos a afianzar, defender e impulsar los ideales por los que ellos lucharon y murieron.
Por eso los llamo al alerta y los compelo a ser fieles a nuestro origen y destino. No hacerlo es negar nuestra existencia.

¡Salve a los caídos!
¡Viva Chile!