El texto completo del manifiesto de la Liga Federal NR que ha surgido en Argentina lo podemos conocer en http://www.ligafederalnr.uni.cc/
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" Ni yankis ni marxistas ¡NACIONAL FEDERALISTAS!
Bolivar: “No somos ni tan indios ni tan europeos”.
"La Liga Federal NR a cambio viene a declarar la Guerra de Valores y esta guerra será eterna, sin desenlace. Una guerra más profunda y sin cuartel contra el materialismo decadente del ideario burgués y su última oportunidad de redimirse a través del marxismo. Una guerra histórica por la reconquista social común."
Guerra de Valores
No queremos que se nos relacione tampoco con el progresismo. El progresismo es una ideología surgida con la ilustración y perteneciente a la engañosa temática del sistema. Propone un adelanto ilimitado y negador constante de lo pasado llámese Religión, Tradición, Patria etc. a favor de la Nueva Ciencia, la Nueva Cultura y la Cosmópolis en nombre de la Religión de la Razón. Y claro que valores como la esperanza, el porvenir y la experiencia no caben dentro de los parámetros modernos de ligereza relativa y materialismo escéptico. Este adelanto material lleva implícitamente a un retroceso espiritual. El grosero acercamiento y la monstruosa maquinaria hicieron del hombre un pigmeo. Un tecnodependiente. Se tienen todas las comodidades para satisfacer a un obeso ego fofo y ocioso. El retraso del hombre termino por hacerle perder la elegancia y la sólida usanza del Ego. Si el progreso tecnológico no es acompañado simultáneamente e intrínsecamente por el progreso espiritual, no hay adelanto si no mas bien atraso; es como regalarle una armería completa a un niño por mas instruido y responsable que sea. El problema con el progresismo es que justamente al negar o materializar -es decir conceptúa dentro de determinados parámetros racionales preestablecidos- el espíritu, automáticamente niega toda organicidad. Generalmente las civilizaciones abanderadas del positivismo miden mal o malinterpretan el progreso; como decía Dostoyevski: "el progreso de una sociedad debería medirse por la cantidad de cárceles que posee"
El progresismo y el positivismo intentan amoldar la realidad a un futuro inexistente e incierto. Para nosotros el futuro existe en el pasado y viceversa. No existe nada fuera –el mas allá- de ese proceso y espiral. No hay nada original como pretenden hacer creer los tecnócratas. Cuando se intenta hacer algo fuera de ello ocurre lo que tiene que ocurrir, nihil nada. Por más científicista, progresista y nuevo que se muestre no deja de ser fantasía ideológica y que en hechos concretos -y costosos- a lo mucho que pueden llevar es a una guerra mundial, a una guerra civil o al terrorismo.
No creemos en el otro mundo ni en ideas mesiánicas ya se trate de “sociedad comunista”, de “nuevos ordenes mundiales” o de “comunidad internacional” que solo termina por demostrar el revanchismo escapista de los oprimidos o de la masonería oportunista y mentirosa. Nosotros amamos este mundo, nuestro mundo, nuestra América: Iberoamérica. Por eso queremos quitarle esa mascara eurocentrista y occidentalista, progre y conservadora, yanqui e izquierdista para devolverle su carácter originario; socialista y sobre todo patriótico. Algunos podrán decir que nuestro interés por una Confederación Iberoamericana es también un tipo de utopía o progresismo; pero hay que decirle a toda esa gente malintencionada que la única utopía y progresismo son las divisiones territoriales conocidas como estados que niegan la Patria Grande -madre de todas las naciones indoibéricas- a la cual nos han llevado todos esos desubicados en tiempo y espacio copiando y queriendo hacer de cada región autóctona un país europeo o pequeñas sucursales de la Wall Street; algo totalmente lejano en sucesos y situaciones. La Liga Federal NR quiere recuperar la Ecúmene histórica que nos pertenece realmente; recuperar nuestro destino para poder ser verdaderamente libres; redimir el alma de nuestra tierra del colonialismo para que vuelva a ser la Patria Grande que siempre fue; tocar tierra y mirar al sol.
En Iberoamérica las únicas etnias y pueblos distintos el uno del otro han sido los nativos aborígenes, lo que lograron los pueblos ibéricos fue una unión semicontinental y creación común que ha sido interrumpida primero por Francia y luego por Gran Bretaña y EEUU ayudadas por mercaderes y cipayos vernáculos. En eso se diferencian el nacionalismo iberoamericano y el nacionalismo europeo. Los “nacionalistas” argentinos, chilenos, mejicanos, brasileños etc… no son mas que chovinistas y románticos eurocentristas. No hemos perdido la tradición europea ni queremos hacerlo, pero tampoco podemos negar que adoptamos algo del temperamento aborigen que nos diferencia del “Time is MONEY” norteamericano y del industrialismo europeo. Iberoamerica es España y Portugal sin la influencia del Occidente moderno; se mantienen los valores tradicionales pero forjados y representados con herramientas y armas aborígenes. Es la regeneración de los pueblos ibéricos de una ya estéril Europa, de un ya decadente "Viejo Mundo". No se puede decir que sea la continuación del alma europea sino el nacimiento del espíritu criollo. No podemos decir que somos europeos, somos posteuropeos, somos iberoamericanos y como diría Bolivar: “No somos ni tan indios ni tan europeos”. Hasta antes del arribo de españoles y portugueses la idea de unión no pasaba ni tan solo siquiera por ocurrencia fabulosa. La llegada de la civilización ibérica no fue solo la destrucción de las culturas nativas sino también su salvación. La única idea de unidad antes de la llegada de los europeos solo era la anexión y el sometimiento entre aborígenes. Desde el canibalismo y la barbarie hubo que pasar por la conquista y la colonia para tomar conciencia del origen y las situaciones compartidas -no solo por nativos sino también por criollos desplazados- que fomentan el federalismo indoiberoamericano.
Para nosotros se trata de ser, de lo que somos, de lo que hemos sido pero sin conformarnos con ello -sin darle la espalda a la realidad-, tratar de crecer con lo que poseemos. Somos prácticos por lo tanto no tememos a lo nuevo o a lo antiguo, podemos ser tan vanguardistas como retrógrados. Tratamos de evitar el dogmatismo progresista o de izquierda. ¿Para que repetir el desastre hecho por quienes vivían encantados con el futuro y asqueados por el pasado? ¿Para que repetir el desastre hecho por quienes vivían en la bajeza de asentarse en las maravillas modernas olvidándose de lo tradicional, de lo arraigado? Así como la derecha nos tomará como comunistas, muchos liberales de izquierda podrán tildarnos de fascistas y “reaccionarios” -aunque sería más apropiado el calificativo de primitivos- pero que quede claro que si reaccionamos es porque no somos frascos vacíos y sin vida.
Hay que curar el prejuicio cientificista hacia la tradición y la costumbre. La segunda es una caricaturización de la primera, es lo que la teología a Dios, lo que el estado a la patria, lo que el partido al movimiento. Las costumbres se aburguesan cuando un grupo se aísla de lo popular y determina a que debe estar acostumbrado el pueblo. Pero la tradición siempre supera a las costumbres cuando la realidad conjunta de la estirpe demuestra los vicios y el mal acostumbramiento de una elite degenerada. La voluntad de los pueblos es implacable y no se la puede burlar; si no madura con el tiempo estalla antes. La tradición y la revolución están mas cerca de lo que la costumbre hace pensar. Creemos profundamente en la tradición y por eso no somos simples conservadores. No se trata de volver atrás a una “época mejor”, de volver atrás por miedo; se trata de volver atrás para tomar impulso, de volver atrás para perdurar en el futuro. Porque creemos en el futuro es que miramos al pasado. Pero mirar el pasado no significa copiarlo, no planeamos inculcarles a nuestros hijos los temores de nuestros abuelos. Mirar el pasado no significa querer volver atrás, significa aprender lo más valioso y sólido de él. Se intenta corregir los perjuicios y dolencias innecesarios. Las cosas buenas y las cosas malas se tratan simplemente de cosas con mayor o menor valor y nada mas, es imposible tomar algo bueno sin que se vuelva malo. Los valores y las cosas son buenas o malas porque, para, en tanto... No tiene sentido mantener valores donde las circunstancias y el terreno los hacen imposibles. El sentido de fortaleza de un pueblo se manifiesta en su ciclopeidad, en saber donde tiene los pies puestos. Si debe existir algún tipo de progreso es el que madura a su tiempo y en su lugar a su modo. Por eso lo lineal, lo progresivo, lo revolucionario porque si son falacias. La historia tiene mas sentido si se plantea una “Guerra de Valores”. No queremos morir en ideas abstractas y trasnochadas. La revolución es AHORA y es impulsada por la razón histórica y la sangre si hace falta. Nuestras consignas: Patria y Revolución; nuestra acción: Guerra y Trabajo; nuestro fin: la Confederación Iberoamericana.
Soberanía política. Independencia económica. Justicia social.
Mineros Chilenos
Hace 14 años.
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